9🖤 Propósito

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Los días pasaron rápidamente y aunque Gojo había vuelto a sus misiones. No se encontraba feliz.

Apenas veía a Geto por las noches y eso si no tenía algun encargó. Pero aún con así amaba esas pequeñas noches.

Siempre llegaba con regalos y dulces para Geto, lo consentía y se preocupaba por su estado. Las orejas permanecían en sus cansados ojos y su cuerpo era pequeño y delgado.

Aunque para el seguía siendo hermoso, estaba contento de que aquella mansión que siempre encontro fría y oscura, ahora estaba repleta de sonrisas, del toque y cosas de Suguru. En su habitación había quedado grabado su exquisito aroma.

Y los incontables recuerdos de las veces que habían hecho el amor y dónde le había demostrado cuánto lo amaba, deseaba y adoraba.

Cada mañana miraba orgulloso las marcas que dejaba en todo el cuerpo del pelinegro. Y también las marcas de rasguños en su propia espalda.

Los días y semanas pasaban, sus días eran agitados y aburridos. Pero cuando al fin podía ver los morados ojos de Suguru, su día se transformaba en el mejor.

Pero para Geto no era del todo igual. Día tras día mientras se hayaba fuera de la mansión su sonrisa se esfumaba.

Ya no existía una pizca de brillo en su mirada, su semblante era oscuro, y sus ojeras pronunciadas. Y lo sabía pero adoraba el hecho de que Satoru aún así le recordaba cuánto le gustaba y que era la persona más hermosa que existía.

Disfrutaba los momentos divertidos con su novio, la relajación y la sensación de un hogar, pero aún así lo perseguía ese sentimiento de no tener razón para proteger a los monos.

No se desvaneció ante la presencia de Satoru, lo amaba y por esa razón deseaba protegerlo de las amenazas de las maldiciónes provocadas por humanos.

Su mente divagaba en la tediosa rutina que tenía. Lo único que deseaba era llegar a la mansión, asearse y esperar a Satoru para ver una película, hablar o simplemente estar acostados.

Mordió su labio nervioso ante el pensamiento que surgió, algo que disfrutaba era ser tomado por el albino, amaba la sensación de calidez que le brindaba, la mirada de adoración y amor en sus ojos mientras se unían, era algo que hacía el corazón de Suguru latir desenfrenado.

Pero últimamente era algo inseguro no solo con sus principios y la causa de su deber, si no con su físico, ya no era tan lindo como antes.

—Tal vez ya no le guste...

Susurró para si mismo mientras entraba a la escuela de hechizeria.

—Suguru Geto.

Su mirada se levantó y miro curioso a la rubia y voluminosa mujer frente suyo con las manos en su cintura.

—¿Qué tipo de mujeres te gustan?

Geto levantó su ceja confundido, sin saber que después de la conversión con la hechizera de grado especial, Yuki, su mundo cambiaría por completo.

                               🤍❤️‍🔥🖤

Geto observó como Yuki se alejaba en su motocicleta, ella había descubierto su debate mental y tenía razón, tal vez estaba apunto de elegir quien era verdedaramente, pero sabía que ante encontrar una causa y un ideal a su vida, había un problema, un sentimiento y la persona que lo provocaban eran su impedimento.

—¡Suguruu!

Gojo se lanzó a la espalda del pelinegro quien apenas pudo sostenerlo.

—Satoru, ¿qué haces aquí?

BAJO EL MISMO AZUL 💙 / SatoSuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora