30 ♥️ Birthday

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La mañana era fría, con un aire fresco moviendo los copos de nieve en una lenta brisa. Gojo se encontraba sentado en una de las bancas en el jardín de la mansión, el cual estaba totalmente teñido de blanco por la nieve, jugueteando con una flor morada, dándole pequeñas vueltas con sus dedos. Estaba demasiado sumergido en sus pensamientos para detectar la presencia a su lado.

—Buenos días, Satoru.

El albino elevó su mirada con una leve sonrisa, palmeó el lugar al lado suyo y Geto tomó asiento a su lado. Gojo lo abrazó por los hombros y dejó un suave beso en su frente.

—Vas a resfriarte llevando solo esa bata.

Suguru se recargó en su hombro restándole importancia.

—Ya es primero de diciembre, pronto será tu cumpleaños.

—Mmh, tienes razón.

Satoru extendió su mano libre mostrándole la pequeña flor a su prometido.

—Esta flor es del mismo color que tus ojos.

Suguru la tomó para observarla más de cerca y con sutileza la colocó en el cabello del albino con una sonrisita.

—Quiero organizarte un buen festejo, no todos los días cumples 24 años.

—Mi mayor regalo es tenerte a mi lado, Suguru. Sabes que eres lo más preciado que tengo.

El joven asintió con un puchero.

—Aun así, quiero que sea un día muy especial... espero que puedas desocuparte temprano ese día.

Satoru dio otro beso en su cabeza apretándolo más contra su cuerpo.

—No te preocupes por eso, gracias, Suguru.

...

—¿Una reunión?

Suguru asintió hacia su amiga, ambos sentándose frente a frente en un café de Tokyo.

—No quiero que sea muy grande, será en la mansión pero necesito que sea muy bonita y que le guste a Satoru.

Shoko suspiró.

—Esta bien, ¿pero tienes algo en mente?

—Creo que lo más importante es una buena comida. Satoru ama cualquier cosa que le prepare, así que esa parte me encargaré yo. Necesito una buena dotación de los mejores postres de la ciudad y que me hagas un enorme favor.

—Si no requiere tanto esfuerzo, lo haré.

Suguru apretó sus labios aún sin creer lo que estaba a punto de confesarle a su amiga.

Del otro lado de la calle, Megumi, con su uniforme de la secundaria y su vista enfocada en rastrear energía maldita, detectó una gran fuente de la misma, un poder que le era muy familiar.

Con intriga se giró tratando de localizar la fuente de tal poder. Ladeó su cabeza al ver a Shoko sentada en una mesa fuera de un concurrido café, sin su característica bata de médico.

Frente a ella, otra persona, con un abrigo negro y un bucket cubriendo su cabeza.

Una extraña sensación recorrió cada parte de su cuerpo y no era producto del frío. Cruzó la calle rápidamente, caminando hacia la zona.

Al llegar a la acera, un fuerte viento helado sopló, cerró sus ojos un momento para luego ver aquel sombrero a sus pies.

Elevó su mirada de nuevo hacia el lugar, sus pupilas se encogieron, y el aire escapó de sus pulmones.

Sintió como su cuerpo temblaba y se paralizaba al ver esa larga cabellera ondeándose con el viento y esos filosos ojos mirándolo.

Su corazón latió con rapidez, por más que quería moverse para atacar, sus músculos no lo obedecían.

BAJO EL MISMO AZUL 💙 / SatoSuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora