12 🤍 Verdugo

731 116 50
                                    

La puerta de la mansión fue abierta por Yaga, Shoko ingreso al interior rápidamente.

Al instante ambos abrieron sus ojos preocupados, había muebles rotos por todas partes, las decoraciones tiradas, apenas se podía caminar entre el deseastre.

—¡Gojo! —grito la castaña corriendo desesperada por las enormes escaleras. Camino por el pasillo abriendo cada puerta a su paso hasta llegar al fondo.

Cuando abrió esa última puerta pudo observar un bulto envuelto en las sábanas de la oscura recamara.

Se acercó lentamente, su cuerpo se tenso al ver a su amigo con lágrimas en sus mejillas, tomo las sabanas y las quito, levantando con dificultad su torso para sentarlo en el respaldo de la cama.

—¿Qué sucedió?

El albino miro desinterésado a su amiga, está quedó estática al ver su estado, su mirada estaba vacía, sus ojos rojos e hinchados acompañados de unas marcadas ojeras.

Sus labios agrietados y semblante sombrío.

—Se fue... Suguru.

Shoko apretó sus labios, así que ya lo sabía, suspiro llevando una de sus manos a su frente —no se lo que pasó, pero la casa de sus padres estaba vacía, por los residuos de sangre y suciedad es posible que ya los haya... matad-

—¡No! —grito Gojo negando repetidas veces mientras rascaba ansioso su mano.

—Mi Suguru no haría eso, e-el es perfecto, el quería proteger a los débiles.

Shoko detuvo las manos de Gojo sujetandolas con fuerza —lo siento Gojo, pero le dieron la pena de muerte y temo por Nanami, en este momento debe estar reunido con los peces gordos, él será su verdugo.

El labio de Shoko tembló ante el nudo en su garganta —si Geto no se detiene, es posible que no le importe matarlo.

Gojo levantó su mirada desconcertado, las palabtas de Geto vinieron a su mente.

—Shoko, vamos a la escuela.

El albino se giró y levantó rápidamente de la cama, aún portaba su uniforme. Peino con sus dedos su destruida cabellera.

La mujer lo miro fijamente —pero te ves deprorable, solo mira tus ojos.

Gojo fue a su baño echándose agua fría del grifo, lo seco descuidado. Al retirar la toalla, admiro su reflejo, sus ojos eran los que más delataban su estado. No había brillo en ellos solo un profundo dolor.

Su mirada se desvío a unas vendas blancas al lado del lavabo, vendas que pertenecían a Geto, las cuales solía usar para vendar sus puños o cualquier herida.

Estiró su mano hasta tomarlas, las observó durante uno segundos para luego romper el envoltorio de plástico.

—Listo, vámonos, el profesor Yaga nos está esperando.

Shoko abrió sus ojos al ver el nuevo aspecto de su amigo. —Claro.

                            🤍🤍🤍

Nanami mantenía un rostro decaído, después de la muerte de su amigo se venía la sentencia de Geto, aunque no se sentía con el derecho de culparlo.

—De acuerdo, acepto ser el verdugo de Suguru Geto.

—Tu no aceptarás nada, Nanami.

El rubio se giró al escuchar la voz de Gojo, abrió sus ojos al ver las vendas enrolladas alrededor de sus ojos y cabeza. Lucia diferente.

Gojo dió un paso más frente a Nanami y los altos mandos. —No les basto con mandar a Haibara, se les olvida que Geto es un hechizero de grado especial, el más fuerte detrás de mi. Nadie podrá atraparlo y salir con vida.

BAJO EL MISMO AZUL 💙 / SatoSuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora