39💍Boda +18

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El lugar de la boda era nadamás y nada menos que el templo, aunque no era un lugar muy feliz la vibra de emoción por el suceso lo hacía ver más ameno.

Suguru se encontraba en una de las habitaciónes, mirandose constantemente en el espejo mientras terminaba de acomodar su cabello.

—¿Seguros que no hay ningún desperfecto?

Se giró hacia su hija menor Mimiko y Miguel.

Ambos se miraron divertidos de la situación —no, estás muy perfecto, todo en su lugar.

Suguru se giró nuevamente para mirar su reflejo, paseando sus manos por las arrugas en su traje.

Ajusto mejor sus expansiónes y arreglo su cabello.

—¿Ya está aquí Satoru?

Mimiko nego —Nanako aún está en la mansión, dijo que tardo en arreglarse y traerá consigo a los nuevos alumnos del profesor Gojo.

Miguel se acercó a Suguru, el hombre portaba un traje azul con una boina blanca elegante.

—¿Seguro que esos dos alumnos son discretos?

Geto suspiro apretando sus labios y alzando sus hombros —la verdad no lo sé, pero si Satoru quiso que estuvieran aquí, es por algo.

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Aunque para la familia Gojo era un día para celebrar, para otros era un día perfecto para la venganza.

Megumi recordaba con exactitud cómo cruzar las barreras de protección de la mansión, por lo cual no representó ningún problema para él. Portaba su uniforme de hechicería y una mirada perdida, analizando el lugar y cualquier señal de movimiento. La tensión en su cuerpo era palpable; cada músculo estaba tenso.

Sabía que Satoru Gojo estaba en el interior de la mansión, podía sentir la presencia de los Seis Ojos. Quería hacer que lo mirara a los ojos y viera cómo le arrebataba lo que más amaba, reclamarle, verlo sufrir. Sentía un nudo en el estómago y sus manos temblaban con una rabia contenida que amenazaba con desbordarse en cualquier momento.

Con pasos lentos y cuidados, caminó hasta la puerta principal de la mansión, ingresando silenciosamente en el lugar. Le resultó curioso el silencio que reinaba en la residencia; aun así, no detuvo sus planes. Cada crujido del suelo bajo sus pies le hacía sentir como si estuviera a punto de ser descubierto, pero no se detuvo.

Subió las escaleras con la respiración entrecortada, caminando por el pasillo hacia donde sus instintos lo llevaban. Cada paso retumbaba en sus oídos como un tambor, amplificando su ansiedad. Cuando estuvo frente a la puerta donde sabía que estaba Satoru Gojo, no pudo evitar sentir coraje y enojo. Con manos temblorosas y ojos llenos de ira, abrió la puerta entrando a la habitación.

Sin embargo, sus esmeraldas ojos se abrieron de par en par al ver las paredes azules con blanco, estanterías llenas de juguetes, accesorios para bebés, y dos grandes cunas en una esquina de la habitación. La sorpresa y la confusión inundaron su mente. Esta habitación solía ser un cuarto de entretenimiento. Se giró asustado al escuchar un ligero quejido desde una de las cunas. Tragó saliva, confundido pero curioso, y caminó en dirección al lugar.

Abrió su boca levemente de sorpresa al mirar a un pequeño niño de cabello blanco y mechones negros, moviéndose inquietamente sobre las cómodas mantas de su cuna. Con mil pensamientos en su mente, se inclinó tomando al pequeño niño entre sus brazos. Su corazón latía desbocado, y una mezcla de ternura y dolor se apoderó de él al sostener al bebé.

Sus filosos ojos se pasearon por todo su rostro: esa nariz, esos labios rosados, esa piel y cabello blanco... lo conocía perfectamente. Una extraña sensación se instaló en su pecho, una mezcla de dolor y reconocimiento.

BAJO EL MISMO AZUL 💙 / SatoSuguDonde viven las historias. Descúbrelo ahora