Cellbit y Roier se ven obligados a casarse por conveniencia y por consecuencia, terminan atrapados en un matrimonio sin amor. Sus personalidades chocan y no se soportan ni un poco, llegando al punto donde pelean hasta por tonterias.
Pero una de sus...
Un par de días después, Roier duerme tranquilamente en su cama. Al despertar, no recuerda con que sueña, solo sabe que en su sueño había un auto rojo.
No tiene tiempo para pensar que significa ni para analizar nada tampoco, porque al abrir los ojos, el horrible olor a quemado lo golpea, inundando su nariz. Luego se asusta cuando este es acompañado por humo.
Tose y se ahoga. El humo empieza a inundar la habitación y a dejar la vista borrosa. Va a corriendo hacia una ventana y la abre, dejando pasar un poco más de aire.
Luego, toma el extinguidor de fuego que está escondido en el baño de su habitación, y corre escaleras abajo.
Sigue al humo y este lo guía hacia la cocina, donde esta Cellbit entrando en pánico. En frente de él, el microondas se está prendiendo fuego.
Roier no pierde ni un segundo, abre la válvula del matafuego y dirige el chorro de "espuma" hacia el mismo. Segundos después, el detector de humo del techo hace un ruido ensordecedor, solo para que el protocolo contra incendios comience y empiece a salir agua de él, mojando la cocina, mojando a Cellbit y mojando a Roier.
— ¿Te lastimaste? ¿Estás bien? — pregunta el castaño, acercándose al rubio con preocupación
— Estoy bien, no te preocupes. No me queme ni nada. Estaba lejos cuando explotó.
Roier se alivia, pero luego siente la ira inundar su cuerpo, y lanza una mirada furiosa contra su marido. Está enojado, tosiendo y empapado de pies a cabeza. Esta es definitivamente la peor forma de comenzar un día
— ¡¿Te importaría explicar?!
Cellbit lo mira con sus grandes ojos celestes, que parecen asustados.
— ¿Prometes, por favor, no enojarte?
— ¡¿No enojarme?! ¡Cellbit, PRENDISTE FUEGO NUESTRA COCINA! — los gritos del mexicano asustan al rubio, que ni cuando su padre lo regañaba de niño se había sentido tan pequeño.
— Solo el microondas... podemos comprar otro... — balbucea como puede, en respuesta.
— ¿Solo el microondas? ¡¿Solo el microondas?! ¡Si no me hubiera despertado, habrías quemado la casa! ¡¿Se puede saber que mierda estabas intentando hacer?!
Roier está muy enojado. Cellbit solo lo ha visto así en la pelea que tuvieron antes de su muerte. De repente, el miedo de que esté a punto de pasar otra vez lo paraliza, y se queda en completo silencio.
— ¡Cellbit, puta madre! ¡Respóndeme, pendejo! ¡No me dejes hablando solo!
— Yo... — cierra los ojos, suspirando. Él también está completamente empapado. — Me levanté temprano porque quería prepararte el desayuno, porque siempre eres tú el que lo hace. Quería sorprenderte, pero la verdad no sé cocinar... y acabo de aprender que no se puede meter metal al microondas, porque puede llegar a explotar.
La mirada furiosa de Roier se suaviza, menea la cabeza y se pellizca el puente de la nariz — Tendrías que haberme pedido ayuda, Cellbit.
— Es que quería que sea sorpresa...
— Y lo fue, pero no de forma grata. — intenta a bromear, pero al rubio no le da risa.
Cellbit se queda en silencio mirándolo, aun con ojos de cachorro lastimado. Roier nota que tiene miedo de que este enojado, y de alguna forma, le da ternura.
— Haces que sea muy difícil enojarse contigo. — suspira el castaño.
— Lo siento... prometo pedirte ayuda la próxima vez.
— ¿Próxima vez? No mi amor, no volverás a acercarte a la cocina solo de nuevo. — ríe Roier, y Cellbit se sonroja ante el nuevo apodo, aun sabiendo que el mexicano solo está bromeando. — Ya no estoy enojado Cellbo, no te preocupes.
— ¿No lo estás?
— Nop. Fue un accidente, perdóname a mí por haber reaccionado así. Solo me asuste, podrías haberte quemado o algo...— lanza un suspiro derrotado, pero luego sonríe. — Serás tú el que arregle este desastre. Limpiarás la cocina y comprarás un microondas nuevo ¿okey?
Cellbit asiente, sonriendo levemente también. El estómago de ambos ruge a la vez y se ríen, porque ninguno ha comido nada todavía.
— ¿Quieres desayunar en el restaurante de Aldo? Ya está abierto a esta hora, y tiene comida muy rica. Nos cambiamos de ropa y vamos allí. No creo que podamos hacer el desayuno con la cocina en estas condiciones. — propone Roier, mirando el desastre que hay en el lugar. Humo, olor a quemado y agua por todas partes.
— Si, me encantaría. Yo conduzco. — acepta Cellbit, mientras va a buscar las llaves del auto.
Solo cuando el rubio desaparece, Roier deja salir un par de carcajadas sinceras. No tendría que estar riéndose. Su casa podría estar incendiándose ahora mismo, pero la situación de Cellbit prendiendo fuego la cocina tratando de cocinar le da mucha gracia, y es definitivamente algo con lo que va a burlarse de él toda la vida.
Luego de este accidente, Roier se decide a enseñarle a Cellbit a cocinar, y eso hace. En las noches, lo deja hacer la cena con supervisión suya mientras le da consejos o lo ayuda en lo que no puede. En las clases de cocina, se ríen, se burlan uno del otro y se divierten mucho.
Hasta que una mañana, Roier despierta, y Cellbit no está a su lado. Al notarlo, sabe que seguramente está en la cocina, tiene miedo de que haya humo otra vez, pero en vez de olor a quemado, un delicioso aroma a galletas de vainilla hace a su estómago hacer ruido. Baja las escaleras, y encuentra a Cellbit en el comedor.
La mesa de comer está llena de comida. Jugo de naranja, té, café con leche, medialunas, tostadas con aguacate y las galletas que Cellbit saca del horno y pone en un plato. Roier se pregunta a qué hora se habrá levantado el rubio para comenzar a preparar ese festín.
Cellbit nota la presencia de su marido, y sonríe al ver su cara de maravillado.
— Buen día, Roier.
— Buen día, Cellbit. — el castaño lo mira con una sonrisa, una que jamás ha adornado su rostro, pero que, a los ojos del rubio, es hermosa. Es una sonrisa que refleja una mezcla de orgullo con satisfacción, y hambre. — ¿La cocina sigue en pie?
— No se quemó nada. Todo está como siempre. — se sienta y señala la silla enfrente suyo, invitándolo a sentarse. — ¿Desayunamos?
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Artista: @DemonicBlue_ en Twitter 💕
En algunos capítulos va a haber fanarts que me inspiran a escribir estos, siempre dándole todo crédito al artista que lo creó.
Cambié la portada de la historia porque enconté ese hermoso dibujo y me encantó porq es exactamente como imagino a los guapoduo en esta historia !
Lamentablemente no pude encontrar a la artista que lo hizo, asi q si alguien sabe quien es, me avisa y le dare sus respectivos creditos!!
