— Te amo.
Es lo último que puede escuchar decir a Cellbit antes de que sus ojos color cielo, que reflejan dolor, se cierren y pierda por completo el conocimiento.
A partir de ahí, el mundo se vuelve confuso y borroso para Roier.
No se da cuenta de lo que está haciendo, todo lo que hace lo hace por instinto. No puede ni pensar con claridad.
Empieza a gritar por una ambulancia con desesperación, mientras revisa si Cellbit sigue respirando.
Su marido respira, de forma apenas perceptible y muy débil, pero no se ha ido todavía. Hay esperanza.
La ambulancia llega y los doctores no tardan en llevarse a Cellbit en sus brazos, para llevarlo al hospital de manera urgente. Roier sube con ellos.
Empiezan a hacer todo tipo de cosas con Cellbit para mantenerlo con vida. Roier no es doctor, así que solo los mira, temblando y con el corazón en la boca.
Jamás ha estado tan asustado en su vida, siente que en cualquier momento será él quien muera de un ataque cardiaco.
Y cuando nada parece que pueda ser peor, el corazón de Cellbit se detiene.
Roier empieza a rezar mientras los doctores preparan todo para reanimarlo con electro-shock.
No sabe a qué o quién mierda le reza, pero lo hace, porque sabe muy bien una cosa: no puede perder a Cellbit. Necesita a su marido como el humano necesita el agua.
No podrá soportar una vida sin él, el dolor lo consumirá antes de que ni siquiera pueda darse cuenta.
Los doctores, con sus rostros serios y concentrados, maniobran con destreza entre cables y maquinas, como si no tuvieran tejiendo el destino de la vida de dos personas.
El momento llega. Mientras uno de los médicos ajusta los electrodos en las sienes de Cellbit y otro prepara la primera descarga eléctrica, Roier se tapa los ojos, mientras se aferra a la esperanza de que el amor que compartían sea capaz de combatir contra la muerte misma (otra vez, aunque él no lo sabe).
Roier ya ni reza, solo pide. No sabe a quién, pero pide una y otra vez que no le quiten al amor de su vida, porque no será capaz de sobrevivir a una agonía como esa. Está convencido de que sin Cellbit, se muere.
El silencio palpable y sepulcral se ve interrumpido por el zumbido de las maquinas. En un instante que parece una eternidad, un destello de luz cegadora ilumina levemente el rostro de todos los presentes mientras la electricidad recorre el cuerpo de Cellbit, en un intento desesperado por devolverlo a la vida.
El eco del shock resuena en todo el vehículo, dejando paso a la incertidumbre y a la esperanza.
Los médicos observan con atención, aguardando el momento en que el pulso vital del paciente respondiera.
Son solo unos segundos en los que Roier espera que alguno de ellos les diga las típicas palabras "lo siento, hicimos todo lo que pudimos" pero nadie las dice.
En cambio, como un suspiro en la noche, el monitor cardiaco cobra vida, marcando el retorno triunfal de Cellbit a la tierra de los vivos de nuevo.
El corazón de Cellbit está latiendo. Llegará vivo al hospital, en donde tendrá que enfrentarse a la muerte otra vez.
Roier no aguanta más todo lo que está sintiendo, su cerebro y su cuerpo colapsan por completo.
Se desmaya en aquella ambulancia, pero con la certeza de que, aunque sea por ahora, Cellbit aun esta con él.
ˋˏ ♡ ˎˊ
Roier despierta en una habitación de hospital, de aquellas compartidas en donde los médicos llevan a los enfermos o heridos de muy poca gravedad.
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Second chance | Guapoduo
FanficCellbit y Roier se ven obligados a casarse por conveniencia y por consecuencia, terminan atrapados en un matrimonio sin amor. Sus personalidades chocan y no se soportan ni un poco, llegando al punto donde pelean hasta por tonterias. Pero una de sus...
