13 | not mine

1.9K 281 36
                                    

Suben a la terraza en silencio. Roier le ofrece un café a Cellbit, pero él lo rechaza y dice que ahora mismo prefiere un cigarro. No se da cuenta de la mirada recelosa que el castaño le lanza. Se sientan en un sillón de color cobre, a una distancia considerable. Cellbit no puede oler la esencia a lavanda de Roier, y eso lo mata.

— ¿Entonces? — pregunta el rubio, luego de escupir un poco de humo.

Roier suspira, mira el suelo durante unos segundos, debatiéndose por donde comenzar a narrar su historia con Quackity.

— Conocí a Quackity en uno de los bailes que Vegetta organiza en la casa de los De Luque. — dice, con una voz que refleja nostalgia. — Me llamó la atención que era el único chico con beanie de toda la elegante fiesta. Cuando me acerque para molestarlo por ello, me quede cautivado por el tierno chico con lunares que estaba enfrente mío. No pude hacer otra cosa que sacarlo a bailar...

Cellbit siente su estómago moverse al escuchar a Roier hablar de forma tan romántica de alguien más, pero no interrumpe y deja a su marido seguir relatando.

— Bailamos toda la noche. Y cuando el baile terminó, mi papá Vegetta me advirtió que no me acercara tanto con el chico del beanie, porque era hijo de Staxx. Staxx y Vegetta han sido actores rivales toda la vida, lo sabes ¿no? — Cellbit asiente, y Roier continúa. — Me dijo de que ninguna manera me dejaría tener un noviazgo con él, entonces empezamos a vernos y a escribirnos en secreto. El problema es que Quackity....

Se queda en silencio, como buscando las palabras para definir como continuar.

— Mirando para atrás... nuestra relación no era tan romántica como parece en esas cartas. Quackity y Staxx no son tan unidos como lo somos yo y Vegetta. Él es un rebelde por naturaleza si de su familia se trata. Tal vez por eso quiso estar conmigo. Por rebeldía, porque sabía que no podíamos estar juntos. Quackity se hubiera deleitado al ver la decepción en los ojos de su padre si nuestro amor hubiera salido a la luz. A mí me hubiera destrozado ver a mi papá desilusionado o decepcionado de mí. Esa era nuestra diferencia. Él siempre era muy insistente con decirles a nuestros padres, y yo no quería. Eso llevo a muchas peleas. Y así eran las cosas con Quackity. Cuando le negabas lo que quería, cuando le hacías daño, se aseguraba de lastimarte también a ti.

Parece afectado al terminar, recordarlo parecía dejarle un mal sabor en la boca.

— ¿Por eso aceptaste casarte conmigo? — pregunta Cellbit.

Roier lo mira, con pena. — Fue una de las razones. Pensé que si lo hacía, él me dejaría en paz. No lo hizo, aun me llama.

— Quackity... su nombre me suena... — trata de pensar donde ha escuchado esa palabra antes. Y después de unos minutos, se acuerda. — Vlogs.

— ¿Qué?

— Quackity. Se va a casar con Luzu Vlogs. Es uno de mis socios. Me llegó la invitación a la boda hace un par de días. Vlogs no parecía tan emocionado cuando lo felicite al respecto...

Roier se queda unos segundos en blanco, hasta que una risa amarga brota de su garganta.

— Al parecer no somos los únicos hijos de puta que se casan por conveniencia ¿verdad? — dice, aun riendo.

— Parece que no. Nos están copiando, impusimos la nueva moda. — bromea el rubio, tratando de aliviar la situación.

Roier ríe, y esta vez sí suena a una risa verdadera, a una divertida. La que le gusta a Cellbit.

— Aunque tengo una pregunta. — interrumpe Cellbit.

— Adelante.

— ¿Por qué se mandaban cartas de papel en pleno siglo XXI? ¿No podían intercambiar sus números de teléfono o algo así?

Second chance | GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora