15 | dance (pt.2)

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Cellbit tuvo que observar durante un rato como Roier y Quackity bailaban. Roier no parecía del todo cómodo, pero tampoco rechazaba al azabache, quien ciertamente era una belleza, el rubio no podía negarlo. Los lunares, el cabello negro y suave... Cellbit entendió que no podía competir demasiado contra él.

Cuando Roier y su pareja de baile pararon para descansar un poco, Cellbit quiso acercarse y ser él quien baile con el castaño, pero alguien lo detuvo.

— Lange. — reconoce la voz de su nuevo acompañante al instante.

— Vlogs. ¿A qué se debe este gusto? — saluda con educación, pero ruega que Luzu Vlogs no comience a hablar de nuevos negocios en ese instante, porque Roier y Quackity volverán a la pista de baile en cualquier segundo y perderá al castaño otra vez.

— Pues nada, solo quería saludarte. — tiene una copa de vino en su mano y parece un poco borracho. Su mirada recorre el cuerpo de Cellbit con pereza y sonríe. — Que traje más impresionante.

Cellbit alza una ceja, porque noto como fue escaneado de arriba a abajo por esos ojos. — Gracias, supongo. Tú también te ves bien, Vlogs.

— Llámame Luzu, Cellbit.

Pero el rubio ya no le está dando atención. En aquel instante, sus ojos celestes no pueden evitar dirigirse a Roier y Quackity. El azabache está alzando la mano para quitar algo de un mechón de pelo del castaño. Aunque es un gesto pequeño, su sangre hierve de ira y celos al instante, y se le debe haber notado en el rostro, porque Luzu lo mira, suelta una carcajada y dice:

— Amor, ¿eh? — el español se agacha levemente para acercarse más al contrario, y ahora Cellbit siente su aliento cálido en su oído. También puede oler el alcohol de este mismo. — ¿Deberíamos darles celos?

Dios, Cellbit quiere huir y alejarse de ese borracho lo más pronto posible, porque están enfrente de una multitud enorme y ambos están casados, todo el mundo debe estar mirando... pero lo atractivo y tentador de la propuesta lo hace dudar unos segundos.

— ¿Si, o no? Cellbit. — pregunta otra vez, aun susurrando en su oreja, Luzu.

— No, gracias. — replica el rubio. — Vlogs.

La sonrisa de Luzu se vuelve malvada mientras Cellbit se aparta, y busca la mano del rubio, la sujeta y besa su palma. Fue demasiado rápido como para que el contrario pudiera reaccionar o apartarlo.

— Qué pena, ciertamente. — se lamenta Luzu. Le dirige la última mirada penetrante, y se pierde entre la multitud.

Cellbit tiene el rostro rojo, pero no porque le haya gustado, sino porque está enojado y tiene vergüenza. ¡Va a tener que ver a ese hijo de puta en el trabajo! ¿Cómo va a poder borrar de su cabeza la incómoda imagen de Luzu besando su mano y coqueteando con él mientras hablan de como la tasa de crímenes bajó o subió? Maldice, en voz baja.

La incomodidad y la sorpresa provocaron que el rubio se haya olvidado de Roier y Quackity, y cuando lo recuerda, espera encontrarlos bailando otra vez, pero no. No están en la pista de baile, ni en ningún lado.

Aunque no tarda en encontrarlos, debido a que Roier destaca por su traje blanco, es de los únicos usando ese color. Quackity sujeta su brazo otra vez mientras se dirigen a una puerta que parece llevar al jardín.

Cellbit los sigue, porque para su malestar e inquietud, parecían perdidos uno en el otro sin mirar atrás. Si va a perder toda oportunidad que tiene con Roier, necesita confirmarlo ahora.

Efectivamente, la puerta dirigía al jardín, pero este era tan grande, que Cellbit tardó en encontrarlos. Cuando lo hace, se esconde detrás de una columna a una distancia segura, apenas puede escuchar y discernir las voces por el viento, pero es capaz de presenciar a lo lejos la siguiente conversación:

Second chance | GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora