06 | questions

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Cellbit toma en su café en su oficina, mientras piensa como hacer qué el matrimonio funcione. Su compromiso había fallado la primera vez por todas sus diferencias y cómo sus personalidades chocaban, pero no de buena manera. Tenía que evitar que la pelea final pasará, para que Roier no fuera atropellado. Así que hace una lista en su celular de las cosas que debe hacer principalmente:

- Evitar las peleas con él a toda costa: si no estoy de acuerdo en algo con él, lo dialogo de la forma más calmada posible.

- Interesarse en su empresa: tomé una decisión para mi negocio que afectó el suyo, pero no se cual, porque no llegue a leer el documento que me trajo a mi oficina ni tampoco sé de qué se trata su empresa realmente, así que debo saber si o si de qué se trata.

- NADA DE AMANTES: Cellbit de mierda, cuida tu matrimonio.

- Y principalmente, pasar el suficiente tiempo con él para quererlo y apreciarlo de verdad, como él se lo merecía desde un principio.

Mira la lista, satisfecho, y sonríe. Están en su luna de miel, tendrá el tiempo suficiente para hacer lo último. Por suerte, están en los primeros días de su matrimonio, así que, si bien Roier no conoce bien a Cellbit, él si lo conoce bien a él. Roier podrá conocer una versión buena y mucho mejor del rubio. Escucha a Roier moverse abajo. ¿Tendría que empezar ahora?

Lo escucha subir las escaleras y lo espía, abriendo la puerta levemente. El castaño va al balcón y se queda ahí, respirando el aire puro y con el viento chocando su cara. Cellbit piensa que es una buena oportunidad y baja despacio a la cocina. Piensa llevar un café para él y un té para Roier, pero recuerda que al castaño no le gusta el olor de la cafeína, así que toma dos copas y un vino.

— ¿Por qué tan solo? — pregunta Cellbit sonriendo, a las espaldas de Roier. Él se da vuelta y sonríe también, acepta la copa de vino con gusto.

— Estoy mirando a la nada, pensando en todo. — responde Roier, poniendo un tono de voz filosófico, haciendo reír al rubio.

— Que bobo.

Se quedan en silencio unos minutos. Sienten la leve brisa nocturna refrescarles el rostro.

— ¿Tus pesadillas son muy frecuentes? — rompe el silencio Roier. — Si no quieres hablar sobre ello, no lo hagas.

— No, no te preocupes. No son frecuentes, o al menos eso creo. — responde Cellbit, tranquilo. Luego lo mira, y suspira. — Mira, Roier. Vamos a estar atrapados en este matrimonio un tiempo largo, si no es para toda la vida. Así que hay que tratar de ser, aunque sea, amigos. ¿No te parece?

— De hecho, iba a decir algo parecido. Quiero llevarme bien contigo, Cellbit. No soportaría vivir con alguien que no soporto. — el castaño hace una mueca, y el comentario se clava en el pecho del rubio. — ¿Te parece si hacemos algo para conocernos mejor?

— ¿Algo cómo qué?

— Mmmh, no sé. — el castaño pone una mano en su barbilla, como pensando. Una idea cruza su mente. — ¡Ya sé! Trae papel, y dos lápices. Vamos a hacer una lista de preguntas de cosas que queremos saber del otro. Vamos a tener tiempo limitado para escribirlas. Solo seis minutos.

— ¿Por qué no vas y las traes tú? Yo ya me senté y traje el vino. — dice, divertido Cellbit, molestando al contrario.

Roier bufa y desaparece por la puerta del balcón, en busca de lo que necesitaban. Cellbit sonríe, porque siente que va por buen camino. El castaño regresa con dos lapiceras en la mano, y el rubio las reconoce. — ¿Las sacaste de mi oficina?

Second chance | GuapoduoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora