CAPÍTULO 32

13 1 0
                                    

Después de casi una hora de viaje Esther a llegado por fin al edificio de la constructora Belmonte, esta impresionada por el tamaño de la construcción

- ¡Vaya que edificio tan grandote...ay Diosito ayúdame a conseguir el trabajo por favor!...

Esther camina unos pasos, y al primero que se encuentra es al portero del edificio y luego al personal de seguridad que después de hacerle un montón de preguntas la dejan pasar...con mucha dificultad, luego de identificarse y dar muchas explicaciones, Esther logra llegar a la recepción:

- ¿A quien busca señorita? – dijo la recepcionista (mirándola de pies a cabeza con algo de desprecio)...que ropita trae se ve que no tiene ni en que caerse muerta – pensó

- Bu...bu...buenos días...busco al señor Belmonte...eso es...al señor Alberto Belmonte

- Jajajaja ¿al dueño de todo esto?...al gerente general nada menos jajajaja

- ¿De que se ríe señorita? – pregunto Esther con toda inocencia

- No, de nada, de nada...pero oiga supongo que al menos tendrás cita ¿No?

- Pues...no

- ¡Pero que descaro, hasta los ejecutivos mas importantes necesitan cita para ver al Señor Belmonte! – dijo la recepcionista muy molesta!

- Eh... no se enoje señorita, es que el señor Belmonte no me conoce, pero tengo una recomendación

- ¿Así, y de quién?

- De la señorita Ana Santos

- ¿No me digas que conoces a la secretaria del Señor Belmonte?

- Si, ella es mi amiga

- ¿En serio?-dijo la recepcionista (sin creerle)

- Es mas vengo por el puesto de secretaria que ella acaba de dejar

- Pues en este momento el señor Belmonte acaba de salir

- Caray ¿y demorara? Es que vengo de muy lejos señorita

- Ese no es mi problema, si quieres lo esperas, pero te advierto que el no atiende a nadie hasta después del almuerzo

- Está bien señorita, lo esperaré

- Pero espéralo sentada para que no te canses – dijo la recepcionista (burlándose)

- Si señorita

Esther se sintió muy incomoda pero trataba de contenerse porque necesitaba el trabajo...se sentó y espero por mucho rato... .el señor Belmonte demoraba en llegar...

- Caray, Anita me ha dicho que el señor Belmonte es muy amable, pero si tiene este tipo de empleados debe ser un viejo pedante igual que su recepcionista – pensó Esther

Una hora después Esther continua en la sala de espera, cuando la recepcionista volvió a aparecer

- Jaja ¿todavía sigues aquí muchacha?

Esther levantó la cara, pero no respondió nada

- ¿Mejor porque no te vas?, creo que el señor Belmonte ya no regresará hoy

- Me dijiste que vendría después del almuerzo...lo esperaré

- Tengo que reconocerte una cosa, eres persistente...bueno muy tu problema...yo me voy a almorzar...adiosito...dijo la chica (en tono burlón)...sale

- Que odiosa como la pueden tener de recepcionista cuando ni siquiera sabe tratar a la gente -pensó Esther

Esther continua esperando y pensando si conseguiría el empleo, cuando de pronto la voz de alguien la hizo reaccionar...

TRIANGULODonde viven las historias. Descúbrelo ahora