CAPÍTULO 53

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Mientras tanto, Esther y Ana han llegado al departamento, Esther y Alberto se despiden en la puerta:

- Gracias por traernos señor Belmonte

- Ni lo mencione y gracias a usted por acompañarme en el baile, lo pase muy bien

- Si yo también me divertí

- Entonces, ¿paso por usted más tarde?

- ¿Más tarde?

- Claro para ir a ver que auto va a comprar

- Ah por supuesto

- ¿A las cuatro está bien?

- Si

- Bien, entonces ya me voy

- Oiga, me preocupa que se vaya solo a esta hora, ¿tenga cuidado ¿sí?

- Lo tendré, y de nuevo gracias, que descanse señorita Marcos...hasta la tarde

- Si hasta la tarde...

Alberto sube a su auto y se va mientras Esther lo ve alejarse...

Esther entra a su casa...

- ¿Y a ustedes que les pasa? Parece que vinieran de un velorio y no de una fiesta...¿y dónde está Gustavo, no se supone que vendría con ustedes? –dijo Carmen

Ana comienza a llorar

- ¿Por qué lloras Anita?, ay no me digan que algo malo paso con Gustavo?- dijo Carmen (asustada)

- No te alarmes Carmen, a Gustavo no le paso nada malo, pero fue el señor Belmonte quien nos trajo a casa- dijo Esther

- ¿Y por que?

- Ni yo misma se lo que a pasado, Ana no ha querido decir nada, solo se la ha pasado llorando todo el camino

- ¿Qué pasó Anita peleaste con Gustavo?- pregunto Carmen

- No...no – dijo Ana

- ¿Entonces que paso?

Ana permanece callada, agacha la cabeza avergonzada

- Ana te estoy preguntando qué pasó, no me asustes habla ya - dijo Carmen

- Te lo voy a decir pero n o te enojes conmigo

- ¿Y por que me enojaría, dime ya que paso?

- Yo...yo besé a Gustavo

Carmen y Esther intercambian una mirada cómplice...Carmen finge sorprenderse...

- ¿Qué quieres decir con que lo besaste?

- Pues eso que lo besé, lo besé en los labios

- ¿Queeeee, pero por qué?

- Ay Carmen no te hagas la loca ¿por qué crees que la gente se besa en los labios?....está claro, Ana está enamorada de Gustavo – dijo Esther (aguata las ganas de reír)

- ¿Es enserio Ana, estas enamorada de Gustavo?

Ana permanece en silencio

- Ana si eres mi amiga dime la verdad, hace tiempo cuando te pregunte si sentías algo por Gustavo, tu lo negaste, ¿ahora que paso?...tu lo amas ¿si o no?

- Si...yo lo quiero...lo quiero mucho

- Ah pues vaya

- Perdóname Carmen yo sé que hice mal...sé que Gustavo es tu novio pero...

- Gustavo no es mi novio, solo hemos salido por un tiempo pero no le he dado una respuesta

Para sorpresa de Ana, Carmen permanecía muy calmada

- Bueno y ¿Qué dijo Gustavo como reaccionó?- dijo Carmen

- No lo sé, lo deje ahí parado y me salí corriendo de la fiesta...

Carmen hizo una pausa mas o menos larga, respiro hondo y dijo:

- No, te preocupes Ana no estoy molesta contigo

- ¿No vas a decir nada?

- Mejor ve a descansar ya casi va a amanecer más tarde hablamos

- Carmen yo...

- No te preocupes Ana yo...necesito pensar...

Carmen y Esther se fueron dejando a Ana muy confundida

En la habitación de Carmen y Esther

- ¿Qué piensas hacer Carmen?

- Pues obviamente, tengo que decirle a Gustavo que no lo amo no puedo seguir ilusionándolo...lo importante es que Ana ya reconoció que está enamorada de él

- Ahora solo falta saber como reaccionará Gustavo

- Pues si...ahora vamos a dormir

- Espera antes debo hacer una llamada...

Esther llama

- ¿Aló señor Belmonte?

- ¿Señorita Marcos, sucede algo?

- Oh no, no...discu,pe la hora, sólo quería saber si llegó bien a casa

- Ah...si todo bien gracias ya estoy a punto de descansar

- Eh...bueno entonces lo dejo...nos vemos más tarde en mi casa

- Ahí estaré señorita Marcos

- Adiós señor Belmonte

- Adiós señorita marcos que descanse

La llamada se corta...

- ¿Hablabas con tu jefe?- preguntó Carmen

- Si, es que nos trajo hasta aquí y quería saber si llegó bien a su casa

- ¿Lo estimas mucho no?

- Si...es que es un hombre muy bueno y sin embargo es viudo y el único hijo que tiene no lo quiere

- ¿Pero todavía es un hombre joven no? Podría casarse de nuevo

- Pues si...eso supongo

- ¿Y a ti te gusta?

- ¿A mí, estás loca? Él es mi jefe

- Por como hablas de él creo que es más que tu jefe

- Bueno...somos amigos – dijo Esther (un poco nerviosa)

- Bueno...si tú lo dices...voy a cambiarme para dormir

Carmen entra al cuarto de baño, mientras Esther se queda pensativa:

- Si, el señor Belmonte, es mi amigo...un gran amigo...

Esther se pone la pijama y se duerme...

CONTINUARÁ...

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