CAPÍTULO 5

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Algunas semanas después Daniel y Larissa están almorzando en un restaurante:

- ¿Te gusta el lugar Larissa?

- Si amor, la comida está muy buena también

- Si

- ¿Sucede algo Danny?

- ¿Por qué lo dices?

- Porque te conozco y conozco esa cara, tienes cara de querer decirme algo

- Bueno si

- ¿Y que es? Dime ya de que se trata

- Bueno...¿Recuerdas que hace tres meses presente la solicitud para mi traslado a la universidad de Sao Paulo?

- Claro fue poco después de que nos hicimos novios

- Pues ayer recibí respuesta

- ¿Y que dijeron?

- Pues...me aceptaron – dijo Daniel (con desanimo)

- Pero amor no te veo muy contento deberías estar feliz

- Lo estoy, el problema es que debo estudiar el último año en Sao Paulo para poder hacer un post grado

- ¿Ósea qué?

- Debo irme a Sao Paulo por lo menos un año

- ¿No puede ser Daniel ¿Tendríamos que separarnos un año?

- Pues si...a menos que

- ¿Qué cosa?

- Que aceptes casarte conmigo y adelantemos nuestra boda

- Bueno ya te había dicho que acepto ser tu esposa, no me importa tener que adelantarlo todo...¿y cuando es que debes viajar?

- Bueno, la facultad de Sao Paulo me pide que viaje lo más pronto posible, pero si me voy a casar puedo posponerlo un par de meses

- Empezaremos con los preparativos

- Entonces ha llegado el momento de hablar con tu mamá y tu hermana

- Uhmmm con Carmencita no abra problema, pero si mamá se opone soy capaz de fugarme contigo

- Esperemos que eso no sea necesario

- Oye hablando de mi hermana, yo quería pedirte un favor para ella

- Claro, de que se trata

- ¿La acompañarías a una fiesta?

- ¿Fiesta?...¿Que fiesta?

- Verás, es que en un par de días es su graduación de la secundaria sabes...y hasta el momento no ha encontrado pareja

- ¿Pero porque debo llevarla yo?...¿no tiene un amigo o un novio que la acompañe?

- Pues por increíble que te parezca mi hermana es demasiado introvertida, le es muy difícil relacionarse con la gente...está acomplejada a causa de su cojera

- ¿Cojera, cual cojera?

- ¿No has notado que arrastra un poco el pie izquierdo?

- Pues no, ni se nota si no me lo dices ni lo habría notado

- Lo mismo, le digo yo pero ella se siente menos...casi no tiene amigos y menos un novio, a sus dieciséis años creo que nunca ha ido a una fiesta.

- Caramba pobre...entiendo lo que me dices Lari, pero yo ya tengo veintiún años ¿Qué hare rodeado de niñas de quince y dieciséis años?

- No tienes que rodearte de nadie Daniel, solo te pido que acompañes a mi hermana, y bailes con ella un poco, conociéndola querrá volver temprano a casa.

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