Capítulo 1. En enero te conocí. Parte 1.

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Asher.

Anochece y llueve en la gran ciudad, llego empapado a un café llamado L'opportunite, me seco un poco y le pido a una de las meseras un chocolate caliente, el lugar está lleno y encuentro una mesa a un rincón en el fondo. Tomo asiento y abro mi maletín encontrando todos mis documentos mojados, muchos estropeados y otros a medio conservar, empiezo a separarlos cuando la mesera trae mi chocolate caliente. Le agradezco y veo a una chica buscando donde sentarse, igual que yo se encuentra empapada por la lluvia. Le observo hasta que cruzamos miradas y le hago una seña para que se acerque, la veo dudar un poco y se acerca.

-Puedes sentarte si quieres, no hay muchos espacios ahora. – le digo guardando de nuevo los documentos y ella asiente algo incomoda. Pasan unos minutos sin decir nada hasta que llega la mesera con un expreso para ella.

- ¿Quieres hablar de algo o solo nos quedamos en la incomodidad? – Le pregunto mientras la veo incomodarse de nuevo, hace un amago para levantarse.

-Me llamo Avery. – Dice.

-Asher, mucho gusto. – Toma su bolso y saca un pañuelo para secarse un poco.

-El clima está de locos.

-Dicen que aquí siempre es así.

-Es mi primer día en esta ciudad. – Dice ya más confiada.

-También es mi primer día, vivo en Colorado, comenzaré a trabajar para un banco. – Ella me ve sorprendida mientras doy un sorbo.

-También vine a trabajar acá, soy de San Diego, trabajo en una empresa bioquímica que investiga nuevos medicamentos. Solo acepté el trabajo para conocer la ciudad. – Dice emocionada.

-Mis padres son de acá, pasé toda mi infancia en las calles de Brooklyn, nos mudamos cuando terminé la secundaria a Nueva Orleans, estudié allí y cuando me gradué me mudé a Colorado por una oferta laboral. – Ella me escucha mientras bebe un poco de su expreso.

-Yo solo conozco San Diego...

-Y ahora Nueva York.

-Llevo un día aquí, por el momento solo conozco unas calles, pero desde pequeña soñaba con venir a este lugar. Crecí viendo sex and the city y me hizo enamorarme de la ciudad. – Veo su sonrisa.

-Espero no te decepciones de la ciudad, es algo caótica, pero si tiene su encanto.

-Por lo que he visto hasta ahora me gusta.  – Me lanza una coqueta sonrisa y procedo a sonrojarme. -Siempre escuche que en esta ciudad se puede ser quien tú quieras.

- ¿No estabas contenta con quien eras en San Diego? – Duda un poco en responder.

-Espero averiguarlo pronto, le tengo mucha fe a la ciudad. – Me siento un poco atraído hacia ella y trato de disimular.

Continuamos hablando por horas, decidimos cenar ahí mismo, la mesera nos dijo que solo podía ofrecernos huevos con tocino y lo aceptamos, nos sentíamos cómodos, la compañía hizo que nos olvidáramos de lo empapados que estábamos, al salir no caímos en cuenta de pedir nuestros números, salimos a la calle y solo nos despedimos.

Llego al hotel, subo a mi habitación y pido servicio al cuarto, tenía algo de hambre así que solo esperé, veo mi celular sin energía y lo conecto. Me cambio de ropa y termino de secarme mientras el servicio al cuarto llega, me acerco a la ventana observando la imponente ciudad, pienso en ella, en Avery.

Durante la noche venía a mis pensamientos su cabello oscuro ondulado, me imaginaba tocándola, quizá apretándolo, empecé a imaginar su aroma, sus labios entrelazados con los míos, mi respiración se empieza a agitar mientras imagino su cuerpo hasta que suelto un gemido al llegar al máximo.

Las trece veces que te viDonde viven las historias. Descúbrelo ahora