¿Dudar?, ¿sí o no?, ¿tal vez?, ¿quizá?; dudar es el peor acto que el creador pudo regalarnos, sobre pensar nuestros actos es peor que sobre pensar algo que haríamos, ahora nos enfrentamos a las consecuencias esperando no equivocarnos de nuevo. El chocolate caliente baja por mi garganta mientras la primavera inunda la gran ciudad. La campana suena, es Avery entrando, tan bella, tan delicada, tan ella, y yo, tan yo deseando besarla. La veo tomar asiento con un saludo, me levanto apoyándome sobre la mesa para besarla, ella se sorprende cuando lo hago, tanto así que se sonroja.
-¿Por qué lo hiciste? – pregunta con nerviosismo.
-Deseaba hacerlo... - Respondo tomando asiento, la veo mirar a todo lado, pregunto si está bien.
-Sí, es... solo me sorprendiste. – Se acomoda el cabello.
-¿Tienes planeado algo para hoy? – Le pregunto y responde con una negación.
-¿Cine? – Pregunta con una sonrisa burlona.
-Sí, sería una linda cita que no hemos tenido. – Digo, busco en mi celular películas en proyección y ella me detiene.
-No elijamos, vamos a ciegas, veremos la que esté en función. – Acepto al verla emocionada por la idea.
Esperó a que terminara mi bebida, salimos de L'opportunite y caminamos al cine más cercano, durante el camino hablamos sobre las personas, sobre como en Nueva York podemos ver todo tipo de personas sorprendentes. Al llegar al cine pedimos dos boletos para la película en función, compramos palomitas y entramos a ver la película.
Después de quince minutos descubrimos que no debimos, la película en función era una reemisión de una película del 2002 llamada infidelidad del director Adrian Lyne. Cada escena nos erizó la piel, era inevitable dudar sobre lo nuestro, sobre qué consecuencias nos podría traer, al pasar unos minutos decidí levantarme.
-Debemos irnos, ¿estás de acuerdo? Creo que necesito aire. – Ella asiente. Salimos del cine, la incomodidad se apoderó de mí y creo que lo notó, trate de actuar normal el resto del día, pero en todo lado veía a Dimitri observándome. Por fortuna el día terminó dejé a Avery en su hotel, la besé antes de irme, la abracé como si no quisiera separarme de ella.
De regreso al hotel no dejaba de pensar en Dimitri y Ji-a, en el daño que les causaría si se enterasen, pasé la noche en vela tratando de hallar una forma en que esto fuese correcto, pero por lógica no lo logré.
Al llegar a casa me encuentro a mi hermana cuidando a Ji-a, pregunto por Dimitri y ella me ve preocupada.
-Paso algo en el hospital, Dimitri tuvo un problema y me pidió que fuese por Ji-a. – Dice en tono bajo evitando que Ji-a escuche.
-¿Es grave? – Pregunto preocupado.
-No lo sé.
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Las trece veces que te vi
RomanceAsher y Avery deben ir a trabajar a Nueva York una vez al mes, lugar donde empezaran a coincidir haciendo que no solo les guste la ciudad, sino ellos también. Desafiando su sexualidad, sus vidas e incluso su futuro.