Capítulo 6. El deseo de junio. Parte 1

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Avery.

Nueva York, maldita ciudad. El sexo mañanero junto a Johari fue... inusual. La misma habitación de hotel donde empecé a fantasear con Asher, lo sentía como un lugar seguro donde mis dedos se volvían él, ahora Johari tomó posesión de este lugar, igual que en casa.

Llegó la hora de trabajar, nos despedimos y durante toda la mañana deseé con fuerza que no arrimara por mí, deseaba verlo por al menos un segundo, cruzarme con él por más peligroso que fuese, si ella no viene al trabajo por mí, podre huir un momento a L'opportunite para verlo, saludarlo fugaz y escapar como dos novios enamorados que siguen en preparatoria.

Junio empezó fuerte, voraz, sagaz, imperdonable para el caos que provocaría después. El día paso fugaz, efímero en todo su esplendor. Johari vino por mí feliz, enérgica, relato cómo Wali & Wonde la solicitó para llevar un caso de responsabilidad médica, eso me tranquilizó un poco, verla feliz por su trabajo, su expresión de satisfacción alejó a Asher de mis pensamientos, el día transcurrió tranquilo, visitamos Times Square y muchos sitios hermosos.

Y la noche llegó, quedamos exhaustas, Johari llegó directo a la cama, así que lo pensé bien y decidí ir, claro con la esperanza de encontrarlo a estas horas de la noche. L'opportunite inusualmente se encontraba vacío, la mesera me atendió entregándome la nota que dejó Asher para mí. Así que decido escribirle.

Chat.

Avery: Llegué tarde, lo siento. Me encuentro en L'opportunite.

El mensaje es visto casi de inmediato. Pasan unos minutos y recibo respuesta.

Asher: ¿Puedes venir a mi hotel?

Avery: Sí.

La noche se hizo tranquila, esperé fuera del hotel hasta verlo llegar, me saludo de beso y tomo mi mano. -¿Quieres caminar un rato? – Asentí a gusto, lejos de Johari y estando con él encontré un sentimiento contradictorio, seguridad y temor en una misma persona. Incluso de noche Nueva York se sentía caótica, hablamos sobre nuestro día, cómo había estado el trabajo.

-Lamento no haber ido. Tuve un gran inconveniente en el trabajo, cosas de números. – Se excusa algo divertido.

-No te preocupes, yo también tuve algunos problemas hoy. – Respondo y se aventura a tomar mi mano. Le miro sorprendida, me tensiono unos segundos al recordar que Johari se encuentra en esta misma ciudad, pero... dejo que suceda.

-Creí que no te vería hoy. Aún no puedo creerlo. – Dice nervioso. Me acerco un poco tomando su otra mano.

-También deseaba verte... - Susurro cómo si tuviera que ocultarme de alguien cerca. Él me besa, correspondo, mis manos sobre su pecho, sus manos tocan mi espalda deseando bajar un poco más.

Sin saberlo nuestros besos sirvieron como puentes para llegar a un pequeño hotel cercano, su cuerpo se convirtiendo en el mío, sus besos se posaron en mi abdomen derritiendo mis gemidos en la pequeña cama, mis pantalones fueron jalados junto con mis bragas, arrebate su camisa y demás lejos de su cuerpo para yo beber de él.

Sedienta sus labios sus besos fueron insuficientes haciendo que tuviera que morderlos, un pequeño quejido salió de él para hacer que mis manos lo tomaran fuerte, repito su nombre mientras muerde mis senos, le suplico que me haga suya... hasta que regresé con Johari. Hasta que regresé a no ser suya sino de ella.

Regresar a casa es tranquilizador, mis revueltos sentimientos se calman al regresar, al estar de nuevo en casa, a mi elemento. En donde Johari y yo estamos solas, en el lugar en que solo puedo pensar en él, pero no desear estar con él. Mientras desempacábamos las maletas Johari recibe los documentos del caso.

-Ya tengo el nombre del médico. – Dice en un tono superior. – Se llama Dimitri Yung...

Las trece veces que te viDonde viven las historias. Descúbrelo ahora