Avery.
La casa se llenó de documentos, Johari esta emocionada por el juicio que tendrá lugar en el mes de agosto, su asistente legal pasa la mayoría del tiempo en casa haciendo que nuestra intimidad se vea algo reducida. Por otro lado, la madre de Johari, Bernet; llegará pronto. Desde que sabe que nos casaremos se ha empeñado en venir a supervisar mis labores planeando la boda, ya la veo criticando cada una de mis decisiones.
En el trabajo me reúno para almorzar con Cassidy mientras descansamos.
-La semana pasada Paul estuvo en Nueva York y me trajo esto. – Dice presumiendo una hermosa pulsera.
-¡Es hermosa!- Exclamo emocionada,
-Es un Hastings, algo de su primera línea en joyería. – Dice orgullosa. - ¿Y tú cómo vas respecto a Nueva York? – Hago una negación.
-Creo que bien, con Asher nada ha estado mal. Pero en casa, ahora. Dios, todo es un completo caos. Johari esta sumergida en el caso que tiene, mientras su madre pronto vendrá y cuestionará todas mis elecciones para la boda.
-¿Incluso mi vestido de dama de honor? – Pregunta inquieta.
-Incluso tu vestido. – Afirmo.
-Av, quizá así tomes más en serio la boda. – Dice mientras termina de almorzar.
-En serio odias que lo vea. – Hace una mueca.
-Solo digo que es una boda con alguien que conoces o un nuevo inicio con alguien que apenas ves una vez al mes. – La veo confundida.
-Tengo hasta la boda para decidir que hacer. No voy a presionarme más. – Digo levantándome de mi asiento.
Julio avanzó hasta el día en que llegó Bernet. Esperó dos días para escuchar mis ideas y decisiones sobre la boda, asentía casi complacida hasta el tercer día. Johari señaló varios sitios donde podríamos realizar la boda, claro, Bernet se ofreció a acompañarme. Uno de esos, mi favorito, el hotel Mackenzie.
-¡Es precioso, este debe ser lugar! – Exclamo feliz, saco mi celular para escribirle a Johari que ya encontré el lugar, pero se me es arrebatado por Bernet.
-Creo que podría mirar otras opciones. – Dice manteniéndose calmada y expectante a mi reacción.
-Sra. Bernet, ¿puede devolver mi celular? – Ella sonríe cortes y lo guarda en su bolsa de mano.
-Avery, nunca me agradaste. Lo sabes, ¿cierto? Mi hija debe tener la mejor boda, aunque claro, no tendrá la mejor esposa. Así que al menos busca un lugar mejor, ¿Qué tal en Westminster? Sus campos son preciosos y así podrás lucirte con mi hija en brazos. – La veo tratando de mantener mi compostura. Solo por Johari.
Lo que quedó de la tarde la pasamos viendo el hotel Westminster, Bernet se veía contenta mientras yo solo aceptaba lo que sucedía.
Esa noche entro al cuarto aprovechando que Bernet se ha ido a la cama.
-Creo que odio a tu madre. – Digo exhausta.
-Creo que ella siente lo mismo. – Responde mientras quita su maquillaje. – Gracias por soportarla el día de hoy.
-Es tu madre... es mi deber. – Respondo y procedo a quitar mis tacones.
-No quieres Westminster, ¿cierto? – Me ve y hago una negación. -¿Entonces por qué dijiste que sí? – Me reprocha.
-Lo siento, pero no quiero estar en una batalla campal con tu madre. Westminster también es lindo.
-Av, pero no es lo que quieres, ¿qué otro lugar escogiste? – Se acerca y pregunta.
-El hotel Mackenzie... - Ella esboza una sonrisa y besa mis labios.
-Nuestra primera vez, allí será. No te preocupes por mi madre. – La beso de nuevo y pregunto cómo va el caso.
-Siento algo de pesar por el médico, tiene una hija de cinco o seis años, pero es mi trabajo, en dos semanas será el juicio y es algo grande para mí. – Pregunto que pasaría si él pierde. – Perderá su licencia médica y no podrá ejercer más.
Agosto. Asher y yo estuvimos chateando uno que otro día, acordamos vernos en un café cercano a la estatua de la libertad, llego al lugar acordado y espero con ansias.
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Las trece veces que te vi
RomanceAsher y Avery deben ir a trabajar a Nueva York una vez al mes, lugar donde empezaran a coincidir haciendo que no solo les guste la ciudad, sino ellos también. Desafiando su sexualidad, sus vidas e incluso su futuro.