Malakai, escondido en medio de un frondoso árbol maldecía. En la mira de su rifle francotirador tenía a la hembra, cautelosa caminando sola o en compañía. Las ganas de apretar el gatillo y detenerla, lo obligaban a respirar por la boca. ¿En qué momento se le ocurrió pensar que ella seguiría el plan como un soldado? Y no solo ella, sino también Derian, sin visibles intenciones de detenerla. Lo que en un principio creyó Wrad que era una falla de los rastreadores, al final resultó que Derian y la hembra, no esperaron confirmación y avanzaban al laboratorio.
—Liam confirma estabilidad del Underboss al setenta por ciento.
La llamada que tanto esperaba, se enlazó en el momento inadecuado. En Malakai, no existía la paciencia, su gente se la llevó mucho antes de dividir al escuadrón. Eso se reflejaba en un bajo e incontrolable gruñido.
—Tenla en la mira —ordenó Malakai pasándole la Remington, el fusil francotirador propiedad de Riko—. Un paso en falso y métele un tiro a Derian.
Malakai tomó el teléfono y accedió a la llamada.
—Habla.
—¿Tu o yo?
La cortante voz de Alekseev en la línea, lo llenó de orgullo. Su pareja tenía fuerza suficiente como para enlazar una llamada sin el debido protocolo. Ignorando el puesto de ambos y su estado.
—Alek...
—Ni una mierda Malakai. ¡No tienes derecho a quitarme el mando que yo me he ganado! —Alek gritaba ignorando que su petición incrementaba el enojo de su pareja—. ¡¿Cuántos golpes de los nuestros hemos superado?! ¡¿Quieres que me acobarde?! ¡Sigo siendo el Underboss! ¡El escuadrón es mío por derecho! ¡Ni tu o Liam van a venir a usurpar mi lugar!
Alekseev era caprichoso y que le hayan quitado el mando lo tomaba muy personal.
—¿Algo más?
—¡Por supuesto que hay más! ¡Elimina al bastardo del híbrido! ¡Destruye el puto satélite! ¡Quema esta mierda de lugar! —el intenso siseo que emergía de la garganta de Alekseev lo obligó a respirar profundo y calmarse—. ¡Deja de mandar puntos de encuentro!. ¡No soy una puta damisela en apuros! El imbécil que nos vendió lo va a pagar caro. ¡Y tú me dejaras hacerlo a mi manera! ¿entiendes?
—¿Ya terminaste? —contestó sereno y seco.
—No he terminado.
—Mal por ti. Liam, hazlo.
Liam, al lado de Alekseev, se mantuvo preparado y a la espera de indicaciones. Conocer al Boss le daba mucha ventaja. Su pequeña sonrisa fue lo que delató sus intenciones.
—¡No te atrevas!
Alcanzó a decir Alekseev al instante en que Liam le inyectó un sedante en el cuello.
—Me atrevo —dijo Malakai a sabiendas de que debería estar perdiendo la conciencia—. Maldíceme. Golpéame cuando te encuentre. No voy a devolverte el mando. Entiende que no estoy dispuesto a perderte.
Lo último lo susurró Malakai. Alekseev pasó de ser una especie a la que detestaba, a su mejor amigo y después la convirtió en su pareja.
—Listo Boss —Liam tomó la llamada segundos después de dejar a Alekseev en el suelo.
—Las condiciones actuales son óptimas para el regreso. Tenemos aproximadamente tres días para llegar a ustedes.
—Enterado. La recomendación médica es una revisión a corazón abierto. El cianuro se introdujo en su sistema. La formación de coágulos persiste.
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Eris
Science FictionLa madre de Eris solía decirle que nada dura para siempre. Sus años de soledad en el bosque estaban pronto a acabarse. La vida le enseñaría, que así como los humanos modificados traicionan, también aman. El amor se da de muchas formas. Inclusive vi...