-No hay nada más que decir ahora. Me doy por vencido. Renuncio. Me rindo ahora. Debajo de mi alma siento un motor, colapsando como si viera el dolor. Si tan solo pudiera dejarlo salir. He llegado muy lejos, para ver el final ahora. Incluso si mi camino es erróneo. Sigo empujando, una y otra, y otra, y otra vez. –
El auto iba a ciento veinte kilómetros por hora. Zayn ni siquiera notaba la fuerza con la que se tomaba el agarrador del auto de Angie. No podía darse cuenta de nada que no fuera su corazón martillándole en el pecho a la velocidad de la luz. Con golpes fuertes que le zumbaban en los oídos y hacían que le doliera el pecho a tal punto que no podía respirar.
En su mente se repetía la imagen, aquella imagen, una y otra, y otra, y otra vez. Aquella imagen que mostraba una fotografía cualquiera. En donde podías observar a dos adolescentes, que de lejos, podías considerar normales. Pero no lo eran. Eran un par de chicos con un sufrimiento indescriptible. Con dolor y pena dentro de sus jóvenes cuerpos y mentes. Un chico con cabello rizado y otro con cabello teñido de rubio. En la imagen ninguno de los dos sonreía, pero de alguna manera, sabías que se encontraban bien. Que juntos estarían seguros y eso los inundaba con una pequeña pizca de felicidad. Aquella pequeña pizca que los mantuvo con vida durante mucho tiempo. Todo estaba bien. Hasta que noto la mano pálida que sostenía la fotografía y las pequeñas letras en la parte de abajo, con mala caligrafía escribiendo.
"Fuiste la razón por la que sobreviví todo este tiempo."
Hasta allí no todo parecía tan malo, hasta que notaron el paisaje tras la fotografía que había sido captada en otra imagen. Niall parecía estar en un lugar con el piso de azulejos blancos, manchados de sangre. Había agua allí, en donde podías notar como se tornaba de un color rojo carmín, por la sangre que de seguro caía de los brazos de Niall en ese momento.
No sabía a donde se dirigían. No sabía cómo rayos Angie se decidía para dar otra maldita vuelta, si no sabían hacía donde debían dirigirse en busca de Niall. Liam venía en la parte de atrás, asomándose por entre los asientos, sin inmutarse de la alta velocidad con la que Angie conducía. Ahora ella lucía exactamente igual a como la había conocido. Sin color en el rostro o expresión alguna.
Salió de sus pensamientos cuando Angie freno de golpe y su cabeza fue a parar al maldito vidrio, dándose un buen golpe. Grito una maldición y pregunto qué rayos hacían en donde sea que se encontraran. El corazón de Zayn se detuvo de golpe al darse cuenta de que estaban frente a la casa de Niall. Bajo del auto y se acercó a Angie, quien miraba por la ventana del cuarto de Niall desde el jardín.
-¿Qué rayos hacemos aquí? – pregunto otra vez, completamente alterado.
-No hay ningún otro lugar que le gustaría más a Niall para morir – susurro fúnebre.
A Zayn se le pusieron los pelos de punta de solo escucharla.
-¿De-De que hablas?
Angie lo miro sin expresión, con aquellos ojos grises fríos, resaltados por el cielo nublado y su rostro inexpresivo.
-No hay ningún otro lugar en donde Niall preferiría morir, más que en donde sufrió más. Después de todo, dentro de esa casa esta la única persona que desearía a Niall muerto.
Dicho eso se encamino hasta la casa y no se tomó el tiempo de tocar. Comenzó a patear la puerta, queriendo derribarla. Liam la hizo a un lado suavemente y de una patada derribo la vieja madera. Entraron como bólidos a la casa y Zayn subió de tres en tres las escaleras, hasta llegar al pasillo y finalmente intentar entrar al cuarto de Niall. Liam se encargó de derrumbar aquella puerta también. Pero Zayn no le dio tiempo a hacer lo mismo con la del baño. Él lo hizo personalmente.
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Anorexia (Larry Stylinson)
RomanceEs difícil para quien no lo vive y no lo ve, comprender a los espejismos. Creditos de portada a: str4wberrymilk