Capítulo 11 - Paralizado.

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–. En el suelo estoy, inmóvil y sufriendo. Puedo ver mi vida destellar ante mis ojos. ¿Me he quedado dormido? ¿Es todo esto un sueño? Despiértame, estoy viviendo una pesadilla. No moriré, aquí te esperare. Me siento vivo, cuando tu estas a mi lado. –

Narra Harry.

Gracias.

Estoy bien.

Mejor.

No tengo hambre.

Está bien, todo está bien.

Mentiras, todos me hacen mentir. No quiero mentir, pero me obligan a hacerlo. No quiero hacerlo... y lloró otra vez.

¿Por qué no pueden entenderme? ¿Por qué no se dan cuenta de que me hacen daño? ¿Cómo me estaría haciendo daño a mí mismo? Lo único que quiero es estar bien.

Me siento culpable, me siento horrible, quiero salir corriendo, quiero gritar pero no puedo ¿Por qué? Porque aún tengo un poco de contextura, aunque no por mucho tiempo ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Debería llamar a Louis? Ni pensarlo, me haría comer más, no quiero hacerlo ¿Por qué se entromete tanto en mi vida? ¿Por qué no me deja ser como quiero ser y estar bien con eso? Y lloro otra vez. Porque él no me quiere así, nunca me querrá de verdad ¿Por qué querría a alguien como yo? Por eso quiere cambiarme, para que sea algo a lo que él quiere, pero tratando de no lastimarme, sin saber que cada día duele más su tortura.

No estoy bien, me siento lleno, odio esa sensación, es insoportable, me odio cada segundo más que paso frente al espejo de mi habitación, acunado en el suelo por mis propios brazos ¿Por qué no puedo estar bien? Quiero estar bien, y pienso, y pienso, y pienso. Y... lo tengo. No, es mala idea, pero no hay nadie en casa, nadie lo notaría. Pero, nunca pensé llegar tan lejos, sin embargo, creo que me sentiría mejor con eso.

¿Puedo sentirme peor acaso?

Mis extremidades tiemblan cuando me levantó del suelo lentamente, camino aún más despacio para llegar a mi baño y cerrar con seguro, sabiendo que no hay nadie cerca de todas formas. Me hinco frente al retrete.  Me vuelvo a sentar, recargándome en la pared del baño a mis espaldas ¿He llegado hasta aquí? ¿Hasta aquí quiero llegar? ¿Me hará sentir bien hacerlo? ¿Llegaré más lejos después? ¿Se puede llegar más lejos?

Todavía con la duda persistente introduzco dos dedos en mi boca, siento una zancada y los saco, me abrazo el estómago, no me siento bien y sin previo aviso las lágrimas no me dejan ver, ahora me siento tan disgustado, tan irritado, vuelvo a provocarme otra zancada, que me hace cerrar los ojos fuertemente, saco mis dedos de la boca, no puedo respirar con regularidad. Vuelvo a introducirlos, acariciando la parte superior de mi garganta y apretando el estómago, siento como sube. Inclino más la cabeza al retrete y el contenido sale. Tengo los ojos llorosos, hago un esfuerzo con el estómago para volver a vomitar, el esfuerzo me deja sin aire, sintiendo gran presión en mi cara, cuello y abdomen, me detengo para respirar y con cada zancada provocada me siento mejor de alguna manera, aunque más desagradable.  Después de seis zancadas me detengo. Me arde el esófago por el paso del ácido estomacal.

Bajo la tapa del retrete y le bajo, escuchando como el agua se lleva aquel asqueroso secreto, me levantó, sintiéndome extremadamente ligero y me lavó la boca, me miro en el espejo. Tengo ojeras por no dormir nada los últimos tres días, mi cara se ve roja por el esfuerzo, y las venas de mi cuello están hinchadas, pero me siento mejor.

Limpió el poco desastre que quedó en el piso del baño y abro el agua hirviendo, entro en la ducha disfrutando, al fin, un poco de la paz conmigo mismo.

Anorexia (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now