-Las cosas están cambiando, parecen extrañas y necesito entender eso. Tú tienes tu vida y yo tengo la mía, pero tú eres todo lo que necesito. –
Narrador omnisciente.
El despertar cada día se sentía peor que el despertar de la noche anterior. El que se quiso llamar hogar se sentía más frio que nunca, sus pequeñas hermanas guardaban silencios inquietantes mientras su madre servía el almuerzo. Louis escuchaba como esta le ordenaba comer, pero él solo jugaba con sus cereales. Se levantaba después de haber comida menos de la mitad y se dirigía a la escuela, caminando.
Le había dicho a Michael que no quería sus favores más, necesitaba recapacitar, necesitaba pensar, y la única manera de lograr eso era caminando, solo. Se preguntaba qué fue lo que hizo mal, su conciencia lo torturaba cada vez que recordaba la silueta del rizado el día anterior. Era verdad que su separación no hizo mucho daño a alguno de los dos. Harry estaba demasiado enojado como para entristecerse, estaba demasiado ansioso como para sentir, sin embargo, Louis estaba demasiado preocupado como para llorar, al menos por dentro, la idea del rizado, rememorando su rostro contraído por la rabia y la desesperación. Pero sobretodo, lo que más le lastimaba, era no haber dicho nada, no haber hecho nada. Era ridículo que doliera tanto porque no habían estado por mucho tiempo juntos, sin embargo no haber luchado por tratar de hacer recapacitar a Harry, y hacer que se quedara, eso era lo que lo hacía sentir más mierda.
Louis se levantaba una hora más temprano, apenas desayunaba, ya que la ansiedad le quitaba el hambre, y caminaba lentamente a la escuela, sabiendo que quedaba a unos cuarenta minutos de distancia caminando y a su paso, casi una hora. Las canciones tranquilas pero alegres de Coldpay habían sido remplazadas por música de Andrew Belle y Jason Walker. Está música nunca le había llamado la atención a Louis, pero ahora cada palabra y cada tono tenían un significado profundo dentro de él.
Louis siempre había estado deprimido, siempre había sufrido en silencio por la marcha del hombre al que consideraba su ejemplo y su héroe, y ahora siente que había perdido a otra persona. Harry quiso irse y Louis no lo detuvo, pero ahora siente que cada minuto que no está con él, Harry se pasa una comida. Louis de alguna manera quería ayudar a Harry porque sentía que con él podría entenderse a sí mismo. Podría averiguar porque el dolor nunca quiere irse, sentía que entregándole cariño al rizado, a otro hombre, sentía que de alguna manera recibía o daba el cariño que le pudo haber dado a su padre y era una clase de liberación reconfortante, que lo hacía sentir tranquilo, y por eso se esforzó en ayudar a Harry, porque quería devolverle una parte del favor que Harry le daba, aunque él no lo supiera.
Apenas es consciente de que alguien camina silenciosamente a su lado.
-Hola Louis – la voz de Angie es baja y suave, no neutra como la de siempre.
-Angie, pensé que-
-Me gusta caminar.
-Ah – Louis bajo la mirada y frunció el ceño –. ¿Qué haces aquí entonces?
-Aquí, a tu lado, acompañándote, supongo – dice tranquilamente.
-¿Se te ofrece algo? – no pudo evitar un poco de exasperación en su voz, quería estar solo.
Angie baja la mirada, intranquila, algo muy inusual en ella.
-Harry te necesita, pero no necesita la manera en la que lo ayudabas.
Louis frunce el ceño aún más y la mira directamente, puede ver que Angie se siente culpable, casi como si se sintiera una traidora por hablar a espaldas de Harry, aunque esto lo haga para ayudarlo.
YOU ARE READING
Anorexia (Larry Stylinson)
RomanceEs difícil para quien no lo vive y no lo ve, comprender a los espejismos. Creditos de portada a: str4wberrymilk