Capítulo 3 - Miedo injusto.

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-Estoy harto de la tensión, harto del hambre, harto de actuar como si te debiera esto. Busca otro lugar donde alimentar tu avaricia, mientras yo encuentro un lugar para descansar. Quiero estar en otro lugar, odio cuando dices que no lo entiendes. Quiero estar con la energía, no con el enemigo. Un lugar en mi cabeza –



El querer, anhelar y desear son simples palabras, hay acciones que pueden convertirlas en algo invaluable, lo que la gente no entiende es que nadie cobra por hablar.

Nadie cobra por querer.

Por anhelar.

Por desear.

Pero todas estas tiene su costo, son invaluables, y por eso son más difíciles de conseguir. Incluso soñar les cuesta mucho a algunas personas. Personas como yo.

-Amor mío – sentí una suave mano acariciando mi hombro, moviéndome ligeramente para "despertarme" –. Niall, cariño. Levántate, se te hará tarde.

-Ya voy – respondí con voz apagada, sentí como mi madre se levantaba, para luego escuchar como la puerta era cerrada.

Rodé los ojos, me exasperaba como mi mamá trataba de actuar como si nada estuviera mal, aunque debía apreciar sus ridículos intentos. Después de todo nadie puede ser tan ciego, tan sordo o tan estúpido como para no saber lo que ocurre dentro de estas paredes, las cuales muchas personas se atreven a llamarlo hogar. Yo digo que hogar es una palabra demasiado fuerte, como para pertenecer a algo tan común como un lugar.

Me levante sintiéndome muy cansado, estaba agotado. Apenas y me podía mantener en pie, quería dormir y para ser sinceros, no quería despertar. El problema es que no logro cerrar los ojos. Tome la ropa que había alistado en la noche, y camine hasta el baño de mi habitación. Me di una ducha larga, era en el único lugar en el que sentía algo de paz. Como si el agua, al recorrer mi cuerpo se llevara algunas de mis penas. Cerré el grifo y salí del baño, me cambie y baje para un corto desayuno.

Salí de mi casa y al caminar hacia la casa de Harry, lo encontré a medio camino. Lo observe y al parecer su día había sido un poco mejor que los anteriores, el mío estuve peor. Puso una mano sobre mi hombro, como muestra de apoyo y no logro entender la manera en la que nuestra telepatía funciona, pero así lo hace y en parte agradezco eso. Me hace sentir un poco menos incomprendido. 

Caminamos en completo silencio. Poco después visualizamos a Angie bajando del auto de su hermano mayor, vestida por completo de negro. Nos detuvimos alejados de ella en la parada de autobús, hasta que su hermano se hubo alejado lo suficiente, y nos acercamos.

-No es necesario que se oculten de él – nos dijo mientras entrecerraba los ojos por la luz del sol que daba contra su cara.

Nos encogimos de hombros y caminamos el resto del camino en silencio. Los miércoles las tres primeras clases las tengo solo. Camine hasta mi casillero, seguido por Harry y Angie a mis lados. Llegamos al salón donde ellos tenían clases, así que les dije que entraran, y yo iría a la mía. Angie frunció el ceño, pero Harry la empujo hacia el aula. Él sabe que quiero estar completamente solo, al menos un momento, solo para respirar. Iba caminando, estaba a mitad del camino para llegar a mi clase, cuando vi una pelea. Trate de rodearla, pero era imposible. Alcance a ver al capitán de boxeo y otro chico. Rodé los ojos, se miraban con odio puro, más no hacían nada, por ahora.

Decidí atravesar a la gente y pasar, casi por en medio de todo el caos, pero más cerca de los espectadores. Bola de inútiles, como si ver una pelea fuese interesante. Justo llegue hacia "primera fila", empecé a avanzar, frente a todos, pero seguía sin estar en medio del círculo. Sin embargo, de un segundo para otro, un idiota que no alcance a ver, me tiro al suelo, choque contra un par de piernas y cuando voltee hacia arriba me encontré con un par de ojos miel oscuro.

Anorexia (Larry Stylinson)Where stories live. Discover now