Black Dawn [+21]

CAP 2 Todo ha vuelto

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|CAPÍTULO 2|

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Parte 1

...Todo ha vuelto...

AVERY BLACK

-Es tu turno linda...- dice Nash con su sonrisa malévola.

Traté de retroceder pero choqué contra la pared fría y grité con fuerza para que alguien me oyera. Pero lo único que escucho es su risa amarga llena de maldad y perversidad.

-Zorrita, grita lo que quieras, nadie podrá oírte.-se burló de mí.

-¡No!, ¡Aléjate de mi!... ¡aléjate!- empecé a gritar y forcejear

—¡Aléjate!¡Aléjate!— grito con fuerzas.

—Avery, ¡Despierta!— siento como sacuden mi cuerpo pero sigo viendo a ese hombre delante tratando de ingresar su mierda en mí.

—¡Suéltame! ¡suéltame!— grito con más fuerza que antes, tratando de empujar a aquel hombre que se niega a alejarse de mí. Abro mis ojos abruptamente con la respiración agitada, el cuerpo transpirado y temblando.

Max jala de mí hacia ella envolviendo mi cuerpo con sus brazos y no tardé en derrumbarme.

—Tranquila, solo fue una pesadilla—susurra.

Mi corazón palpita con fuerza contra mi pecho que duele. La sensación ha vuelto a mí, ese desespero y el miedo se apoderó de mi cuerpo nuevamente como una ola en el mar, llevando todo lo bueno y reemplazándolo por sentimientos de dolor y miedo. Sentimientos que no se irán por un largo tiempo nuevamente.

Todo ha vuelto.

—¿No has tomado tu medicamento?—me pregunta acunando mi rostro en sus manos.

—No he.he te.en.ido ti.em.po— el sollozo no me permite pronunciar bien las palabras.

—Te la traeré entonces— asentí sorbiendo mí nariz.

Cerré mis ojos y volví a acurrucarme en mi lugar, abrazando mi cuerpo con fuerza, pero las oleadas de recuerdos me perturban, no me deja respirar con normalidad ni tampoco permite que mi corazón se tranquilice haciendo que este choque contra mi pecho haciéndome estremecer del dolor y mi cuerpo tiembla. Como si el miedo que tuve esa noche volviera y odio eso ¿cómo pude ser tan descuidada?.

Mi móvil empieza a vibrar en el bolsillo de la sudadera pero lo apague y minutos más tarde llega Max con mi medicamento. Lo tomo temblorosa, ya que mis manos tiemblan incontrolablemente al igual que mis labios.

Cada vez que esto me sucede no puedo controlar muy bien mis manos y en todo ese tiempo no puedo asistir a mis clases, ya que no puedo hacer nada. Gracias a Dios tengo un permiso exclusivo para eso y no me hacen problemas por ello, porque así lo fuera no podría agarrar nada con mis manos. Siempre se caen, es como si la oleada se llevase mis fuerzas.

—¿Quieres que veamos otra película?—preguntó Max acostándose junto a mí y negué con la cabeza. Me abraza por detrás y besa mi coronilla acariciando mi cabello como siempre lo hace.

—Intenta dormir nuevamente. Estaré aquí abrazándote y si te despiertas me verás a tu lado—dice acariciando mi cabello y besa nuevamente mi coronilla.