CAP. 4 Un tremendo descontento

69 18 0
                                    


Un tremendo descontento.


Avery Black.


Ingresamos al lugar. Los guardias nos permiten siempre ingresar sin siquiera hacer fila, ya que, somos amigas de los gorilas quienes son socios del lugar. Además, somos conocidas del lugar desde que llegamos, a pesar de que no teníamos la edad suficiente, de igual manera los gorilas nos hacían ingresar. Nuestra edad jamás fue un impedimento para ellos a la hora de ingresar a antros, discotecas o bares. Ellos tienen privilegios a donde vayan por sus apellidos. Eso solo lo hacemos (cuando están de bien humor) porque si les obligamos siempre salimos en medio de alguna pelea y socorriendo a alguna persona con alguna parte de su cuerpo rota.

Nos acercamos a la barra y el Barman se acerca a nosotras con una amplia sonrisa coqueta.

—¿Qué les sirvo, señoritas? —nos pregunta colocando la tela blanca sobre su hombros (todos los barman siempre llevan en las manos). Coloca sus codos sobre la barra y dirigí mi completa atención a él.

Su cabello es rubio con un toque dorado; ni muy largo ni muy corto, tiene un peinado rebelde como si se acabase de despertar. Sus ojos son marrones (bastantes lindos) y estos me reflejan diversión, bajo un poco, su nariz es respingada y ni hablemos de sus perfectos labios.

—Tequila—habla Max y este asiente agachándose, parece ser que toma vasos por los sonidos de los cristales chocando y los pone frente a nosotras. Luego toma una botella y nos sirve.

Soy la primera en tomar. Esto de verdad arde demasiado. Hago una mueca y Max ríe. El líquido sigue cayendo por mi garganta quemando todo a su paso. Me gusta. Ella lo toma de un largo y gruñe.

—Joder. Había olvidado como ardía—jadea.

—Otro—dije. Cargo de nuevos los vasitos y lo tomamos de un trago.

—Uno más y a bailar—me dice Max colocando su brazo en mis hombros. Sirve otra ronda y lo tomamos.

Hago otra mueca de disgusto y reímos.

—Díganme que al menos se han alimentado antes de hacer eso—esa fría voz la conozco.

Una sonrisa divertida se forma en mis labios. Doy media vuelta y encuentro a mi rubio falso. Tiene una enorme sonrisa en sus labios, junto a él hay dos morenas que había visto hace unos meses en una de las fiestas que habíamos ido. Ambas nos observan con superioridad y le sonrío con algo de burla.

—Pues sí, pero hemos venido a emborracharnos, así que, has el favor de irte a hacer lo que has venido a hacer. —dije acercándome a él lentamente de manera sensual y en cuando lo tengo frente a frente besé su mejilla mirando con burla a las zorras que lo acompañan—. Lindo, déjanos disfrutar de esta noche. Mientras tu ve a follar a tus amiguitas lejos de nosotras ¿quieres?

Sonríe divertido quitando mi mano de su barbilla.

—¿Y si no quiero dejarlas solas?

—Nos iremos a otro lugar—me encojo de hombros.

—Uff, mejor preciosa. Así tendré una buena razón para traer a los demás—imita mis movimientos cruzando sus brazos, burlándose de mi—. Así que, es mejor que nos acompañen. Hortmann está conmigo—de la sola mención de su nombre mi cuerpo se tensa, las manos me sudan y mi corazón se acelera ¿Qué me pasa?.

—No—respondí apresurada—. Haremos esto sexy, tú y tus amiguitas irán a la zona VIP; con tu atenta mirada puesta en nosotras, mientras Max y yo estaremos aquí abajo disfrutando ¿trato?.

Black Dawn [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora