CAP. 12 La manzana ha sido mordida

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|CAPÍTULO 12|

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...La manzana ha sido mordida...


VAUGHAN HORTMANN


Tengo una jodida batalla interna desde que la conocí, deseo con todas mis fuerzas joderla a mi manera, hacerla mía, solamente mía.

Avery. Esta jodida niña hizo que me volviera loco. Verla hoy con ese jodido vestido me puso duro como una roca, fue tortuoso, fue una mierda no poder quitárselo. Tener que controlarme fue peor.

Joder. Quería joderla ahí en medio de esa pista de baile cuando hizo esa escenita para mí, deseaba sacarla de allí, de la mirada de esos hombres que la comían con la mirada.

Esa niña de cabellera de fuego va a ser mía. Eso lo aseguro.

Avery es malditamente hermosa. No puedo seguir negando aquello. Se ha convertido en una mujer hermosa, con esa piel cremosa que deseo marcar, que deseo dejar mis huellas en ella en señal de que me pertenece. Se que soy un puto psicópata pero esa niña me jode la cabeza y esas jodidas tetas que me llaman con cada movimiento en su caminar, desean ser chupadas con mi boca y ser amasadas por mis manos.

Quiero estar dentro de ella, suena demasiado enfermizo pero así es, quiero hacerla mujer. Quiero solo yo provocarle orgasmos y dejarla sin caminar. Quiero corromperla. Quiero hacerla solo mía.

Sé que no soy el único, hay varios que van tras ella, uno de ellos es Nilan jodido Cole. Ese chico está loco por ella pero no le permitiré el paso, no dejaré que esa dulce nena sea tacada por ese bastardo.

Avery es un paquete completo. Ella es dulce en todos los aspectos, es inteligente y tan jodidamente ardiente. Lo que la hace más especial para mí es que logró llamar mi atención sin esfuerzos alguno, solo basto una mirada de sus dulces ojos rosas para que mi polla reaccionase y que mi cabeza diera las mil vueltas de cómo hacerla mía.

Joder, pensar que otro hombre pudo tocarla me vuelve loco malditamente desquiciado, deseoso de saber quién e ir y matarlo.

Me incliné hacia ella.

—¿Qué es lo que quieres, nena? —pregunté con la voz ronca.

Sé que me dirá que me vaya, pero joder, no lo voy a hacer. Al entrar en mi habitación y verla casi desnuda en mi cama me provocó más, quiero tomarla y no voy a parar.

Clavó sus ojos rosas en los míos y solo se mantuvo en silencio.

—Dilo—rugí acercándome a la piel cremosa de su cuello, lentamente fui dejando besos húmedos por todos lados haciendo que deje escapar suspiros y solo esa respuesta me basto. Ella me desea. Ya lo sabía pero quería confírmalo con mis toques, con mi tacto.

Lamí la piel bajo su oreja y ella se estremeció. Chupé su piel y mordí ligeramente el lóbulo de su oreja.

Ella respiraba con dificultad y su cuerpo estaba tenso, su ritmo cardíaco aumento y su agarre en mi brazo se aflojó. Joder. Está cediendo.

Mis besos fueron de su cuello a su barbilla y camino a sus labios, pero me detuve rozandolos.

—Dilo nena, di que no deseas esto—lleve una de mis manos a sus suaves muslos y los apreté, ella gimió y gruñí. Su gemido es una melodía para mis oídos.

Black Dawn [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora