Black Dawn [+21]

CAP. 16 Como agua para chocolate

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|CAPÍTULO 16|

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...COMO AGUA PARA CHOCOLATE...

VAUGHAN HORTMAN

La dejé acostada en la cama mientras me adentro en el baño, me doy una ducha de agua fría porque por primera vez tuve que contenerme. Contener la bestia en mi interior que quería romperla. No quería que se asuste, no quería que huyera de mí. No me sentía listo para enseñarle mi verdadero yo. Luego de que me enseñase el profundo dolor que hay en su interior no sería capaz.

Es muy frágil para mí. Tengo miedo de romperla si le enseño verdaderamente lo que soy. Joder, ¿Qué acabado de hacer?...me he dejado llevar por mi sentir.

Ella no es para mí. Su dulzura se corrompida por mi veneno. Soy como una droga para ella, soy como un imán, porque por más que se haya negado a sí misma en caer ante mi ahora la tengo en una cama dormida luego de que la folle.

Mierda y más mierda.

Soy una bestia, pero...con ella no puedo serlo. Con ella no, JODER. Debo de permanecer al margen antes de que esto se me vaya de las manos, porque sé que eso sucederá. Una vez que algo ingresa en mi sistema, nada puede quitarlo, mucho menos una obsesión. Y esa dulce mujer, de cabellera de fuego será mi maldita perdición en todos los malditos aspectos.

Salgo del baño solo en bóxer y escucho sonar mi móvil. Recojo mi pantalón que lo tiró Avery y tomo mi móvil. Es Alessandro, El Don de la Cosa Nostra de Nueva York, ¿Qué querrá?.

Lo atiendo y llevo el mi móvil hacia mi oreja.

—Señor Hortmann—me saluda con su acento italiano—, hasta que al fin tengo el honor de hablar con usted.

—Señor Icardi, lo mismo digo, ¿A que debo su repentina llamada?.

—Iré al grano, no quiero hacerle perder el tiempo, tampoco el mío, así que seré breve.

—Hombre directo. Lo escucho

—Usted compra y vende viviendas, casas y departamento para lavar su dinero correctamente, sé lo agotador que debe de ser para usted mantenerse en el juego sin llamar la atención por la suma grande que recibe por cada entrega, por eso mismo quiero ofrecerle un trato, señor Hortmann.

La verdad no me están gustando sus palabras, ¿Cómo sabe lo que hago y como lo gano?.

—Prosigue—lo autorizo.

—Si bien tiene que buscar lugares apropiados acorde al negocio, le propongo ser su asesor en ello. Conozco bodegas, empresas hasta incluso bosques que pueden servirle.

Pienso en sus palabras. Lo pienso bien.

—¿Por qué me ofreces esto? —pregunto con cautela sin mostrar mi verdadero descontento por su atrevimiento.

—Porque tanto tu como yo queremos destruir a alguien, y uniendo nuestras casas podremos hacerlo—la sed de venganza aborda en sus palabras—, quiero que mates al Arvid. Te daré los bienes necesarios para que concluyas con la tarea. Eres el jefe de tu familia, el jefe de la hermandad Casa Azul, eres el próximo König, tienes el poder en tus manos y yo tengo gente que podrá llevarte a él, ¿Qué dices?.

—Si bien dices que tienes hombres que pueden llevarme a él, ¿Por qué no lo haces tu? —mi tono de voz ya no es cauteloso, ¿Acaso piensa que soy un imbécil que se deja llevar por la codicia?.