CAP. 23 Solamente a él

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|CAPÍTULO 23|

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... Solamente a él...

VAUGHAN HORTMANN.

Da media vuelta e intenta ingresar en el restaurante. Pero en realidad tengo otros planes. A mí nadie me enfrenta de la manera en que ella se ha atrevido a hacer.

La tomo del brazo y la cargo en mi hombro. Ella grita sorprendida y golpea mi espalda con su mano.

—Bájame, no seas gorila—me dice furiosa.

—Te dije que eras mía, y todos en este maldito restaurante verán que lo eres—espete molesto y me encamino hacia el restaurante —. Y con respecto a lo que dijiste. Te vuelvo a recalcar, eres mía. Todo tu jodido cuerpo está marcado por mi y tu decisión no importa en estos momentos, porque has aceptado ser mía.

—¡No me has dado opción!.

—Baja la voz, joder—gruño.

—¡Bájame grandísimo gorila!—grita furiosa.

Le hago una seña a Mailk para que abra la puerta, corre y lo hace. Nos reverencia en tanto pasamos frente a él.

Mikahil comprime una sonrisa al notar a quien traigo sobre mis hombros mientras me encamino entre las personas hacia él.

—Por favor...bajame—me ruega la dulce nena.

—No— mi palma choca contra su duro trasero y jadea.

—Oye—se queja.

—Tengo la vista perfecta de tu lindo culito—gruño.

—¡Bájame, Vaughan Hortmann o juro que no respondo de mi!—me amenaza.

—¿Que me harás?. Tienes el peso de una pluma—me burlo.

Ella se intenta reincorporar sosteniéndose de mi hombros.

—Eres un idiota. Todos no están observando.

—Esa era la idea.—reí.

Llegamos a la puerta y Mikahil la abre.

—Mikahil, ayúdame—le ruega, y siento como se mueve—, tu eres bueno. Lo sé. Sácame de este hombre.

—Señorita...

Ladeó mi cabeza y puedo ver cómo Avery se sostiene del traje azul que porta él. Me detengo bruscamente.

—Sueltalo—exijo.

—No—dice Avery—, Oh vamos, Mikahil, ayúdame. Está bestia no quiere soltarme.

—Señorita, por favor, no puedo hacer nada—dice Mikahil, cuando le doy una mirada de advertencia —El es mi jefe.

—Yo te pagaré el doble si así lo quieres. Pero por favor ... ayúdame.

—Jamas podrías pagarle lo que yo le pago—grazno—Ahora suéltalo, Avery, no estoy jugando—no es mi tono de voz habitual. Está cargado de rabia y molestia, sería capaz de matar a Mikahil si la tocara en este momento.

El pequeño cuerpo de Avery se tensa.

—No...tú...perdon—la voz de ella tiembla mientras siento sus brazos caer sobre mi espalda.

Luego me encamino nuevamente hacia la mesa, dónde están Benson y Beth. Ambas me miran con la boca abierta y los ojos bien grandes. En cuanto llegó a ella, dejo a Avery en el asiento y su cabello rojo cae sobre su rostro cubriéndolo.

Black Dawn [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora