Yumbrel: nada es lo que parece

Capítulo 10

Después de la escuela su padre llegó y nos dijo que nos mostraría un lugar. Caminamos al seguirlo, entramos por un callejón. Me sorprendió que estuviera tan cerca de la escuela; está a dos cuadras. No entendía qué pasaba, pero nunca había entrado en un callejón; es mi primera vez en un lugar así. El pasillo es largo. Al seguir caminando, el lado derecho tiene más caminos. Hay muchos locales: dentista, tienda de ropa y de segunda mano, etc.

Al llegar al fondo un pasillo más ancho del lado derecho y unas escaleras al mirar arriba ahí un segundo, y tercero piso es impresionante el techo es de cristal no avía visto algo así se podía ver las nubes es hermoso para un callejón pensé que sería algo tenebroso, lleno de delincuentes, drogadictos y borrachos, pero es todo lo contrario de lo que me había imaginado, del lado izquierdo se extiende un poco no tanto como el otro que es mucho más alargado, además que esta tiene la forma más semi circular y en medio una fuente aunque no tiene agua solo está vacía no es como, la del otro extremo solo es recto y otro pasillo del lado izquierdo es mucho más grande este lugar, donde está la fuente los locales son tres, lo que lo rodean la fuente.

El primero, al parecer, es una papelería; tiene muchas ventanas, el local es de dos pisos. Al parecer, el segundo local es un café internet; el otro está cerrado, pero ese tiene pintado un par de alas gigantes. Es hermoso, esas alas coloridas, los colores verde y amarillo, es impresionante al ver los detalles que han hecho. Me gusta, es muy hermoso.

Al seguir a su padre y entrar a esa tienda, es mucho más grande de lo que se ve por fuera. El segundo piso solo cubre la mitad de la tienda; además de cosas de papelería, se podía ver el segundo piso, que es un balcón, y ahí muchos libros arriba. Se ve algo rústico el lugar, pero hay muchas cosas en este lugar. Vi a un señor detrás del mostrador; su aspecto es asiático.

—Hola, amigo, tanto sin verte —dijo el padre de Olivia, muy alegre.

—Tanto tiempo sin verte, ya sé a qué vienes, a esa partida de billar que no terminamos —dijo el señor con una sonrisa.

—No a un no amigo, pero vengo por otra cosa... —no podía escuchar más lo que decían; Olivia había tomado mi brazo para ver un poco la tienda. Hay demasiadas cosas, mucho material.

Después de unos minutos, su padre nos llamó. Lo seguimos, pasamos por el pasillo; se podía ver el lado izquierdo del mostrador que se extiende hasta el fondo, en la pura esquina del mostrador hay un pilar y en seguida de este las escaleras para el segundo piso, luego una pared de piedra como la mayor parte de la estructura del lugar y una puerta. Entramos, pero que ahí escalera, luego de subir, en el pasillo hay dos puertas. Abrí la primera, pero lo que vi son cortinas. Sentí miedo de que algo saliera detrás y nos diera un susto; no se podía ver alrededor, las cortinas lo cubrían todo, incluso podría ser que no hubiera nada detrás, que solo fuera una pared nada más.

—No tengas miedo, entra tú primero —dijo su padre, señalándola. La mire y solo asintió; tenía miedo de que algo malo pasara o si era algún culto esto. La tomé de la mano, me miró y me dio una sonrisa. Creo que ya sabe que tengo miedo. Le regresé la sonrisa, pero agarré su mano más fuerte. Ella iba delante de mí. Al seguirla y entrar, solo vi una habitación, una sala. La vista es impresionante, entra mucha luz; creo que a este señor le gustan mucho las ventanas.

Es bonito el lugar, hay una puerta de color verde oscuro; en la pared del lado izquierdo es extraño, siento algo raro cuando lo vi, o solo será que sienta algo de miedo todavía. No sé qué hacemos aquí.

—No tengan miedo, tomen asiento, les voy a explicar. —Al tomar asiento me sentía algo angustiada, solo quería saber qué está sucediendo. Es raro, pero quiero regresar a casa; mis padres se enojarán si se enteran de que hice algo malo estando en este lugar, que entré a un callejón.