Capítulo 21

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Es duro regresar, a pesar de que es la segunda vez que vengo a este lugar, y ver el nombre escrito de mi hermano en esa lápida. Solo me aguanto para no llorar. A comparación de mi padre, que está diciendo algo, no logré escuchar lo que decía por distraerme y ver a mi alrededor. Tenía muchas ganas de llorar, pero me aguanté; hasta me mordí la lengua. 

Mi padre y yo, solo vinimos nosotros dos. Falté a la escuela; en casa no lo saben, es otro secreto entre él y yo. Vinimos antes al panteón; después de un rato fuimos a la playa. Me gusta agarrarlo de la mano a mi padre, me siento bien estando a su lado, aunque no lo suelo ver mucho, solo en la mañana cuando nos deja en la escuela, pero, aunque solo lo puedo ver un rato, eso me hace feliz.

—Me hubiera gustado que tus hermanos hubieran visto ese mundo. Te quiero y espero que lo logres y protejas a tus hermanos. —Al escuchar eso, tengo que esforzarme mucho. Me gustaría que mis hermanos logren ver esas maravillas de ese mundo tan increíble que me ha maravillado.

—¿Ellos no vendrán a conocer este lugar?

—No

Ya en la tarde todo pasó como si nada. Fuimos ahora al panteón, pero con toda la familia. Mi padre nos contó que a mi hermano lo habían matado. Había asistido a una fiesta; también me habían invitado, pero no quise ir, ya que no conozco a todos los de su grupo, solo conocía algunos de sus amigos. Si no me hubiera negado, tal vez hubiera podido hacer algo o yo hubiera muerto en su lugar. Recuerdo que cuando estábamos en ese hospital solo escuchaba a mi madre llorar y a mi padre con ojos rojos. Es raro, no lo había visto llorar así hasta esa mañana que los dos fuimos al panteón.

Mi mano empezó a temblar. Tomé un pequeño suspiro antes de continuar escribiendo. Al recordar todo esto, siento ese dolor y la presión sobre mis hombros; cada sentimiento lo recuerdo bien y son muy intensos por Mika. Sus poderes son increíbles, como ella puede hacer con mi memoria y revivir esos recuerdos como los sentimientos. Al mirar en la hoja solo le sonreí, para poder continuar con esto y tratar de tranquilizarme. No quiero llorar otra vez en frente de ella, pero este sentimiento duele demasiado.

Después de eso, regresé con normalidad a la escuela, y le conté a Oliva por qué falté ese día, y seguimos sin saber algo de Cristian y eso me preocupa, y más Oliva ha estado decaída. Le ha estado enviando mensajes, pero es como si la tierra se lo hubiera tragado.

Al llegar el día sábado, no tenía ganas de hacer nada, solo estar en mi cuarto y dormir. Le dije a mi padre que no me sentía del todo bien. Él aceptó en quedarme en casa; mi familia salió de paseo mientras yo me quedé en casa, encerrada en mi cuarto, y aproveché que no había nadie para llorar. Después de llorar me tomé una ducha y volví a llorar. Toda esa agua que veo es como si fueran mis lágrimas de todo lo que me he estado aguantando. Al estar otra vez en mi cuarto, me senté en el suelo tomando mi té, y luego decidí dormir.

Sé que esto es mi sueño; podía ver la playa, una casa en la orilla es hermosa. Luego, al girar, estaba en una habitación; es extraño, pero lo siento muy real. Sé que estoy soñando; me gustaría poder controlar mis sueños. Luego el piso se movió, la tierra se empezó a partir, salía fuego debajo, escuchaba a la gente gritar. Al ver a mi alrededor, estoy en la ciudad, escucho a la gente, pero no veo a nadie. Hasta que yo me guie y vi en frente de mí unos cuerpos colgados. Al despertar de mis sueños estaba sudando. Me dio mucho miedo al ver esos cuerpos colgados. Es muy extraño, pero hace tanto tiempo que no tengo un sueño así que me provocaba mucho miedo.

Cuando volví a dormir, soñé otra cosa un tigre blanco enorme. Me sentía tan pequeña a su lado. Caminé a su lado, y estábamos caminando en el desierto, luego en un bosque, hasta que sentí el agua en mis pies. Es extraño, se supone que no debo sentirlo. Me desperté de golpe porque había recordado que, si sentí algo de agua o soñaba algo así, significa que estoy haciendo pipí. Al quitarme las cobijas no sentí nada, pero sí escuché la voz de mi madre.

Al levantarme, vi la hora, y son la 1:20 am. Llegaron muy tarde. Al abrir la puerta, pude ver a mis hermanos entrando a su cuarto. En cuanto la cerraron, abrí un poco más la puerta para ver qué ocurría. Mi padre está muy ebrio; solo veo cómo se tambaleaba de un lado a otro y mi madre está muy enojada, reclamándole lo que hizo. El teléfono sonó y mi madre contestó. Al parecer, fueron a una fiesta; no sabía que era el cumpleaños de mi primo.

Mi padre, al beber tanto, ha hecho muchas tonterías en la fiesta; por lo que escuché decir a mi madre por teléfono, no sé con quién estará hablando, pero cuando mi padre pasó al lado mío, me lanzó un beso y se metió al baño. Mi madre me vio y dijo que me fuera a dormir. Cerré la puerta y recargué en ella para escuchar lo que pasaba. Me quedé un rato hasta que me dolió el trasero y me acosté y empecé a ver un nuevo anime que me llamó la atención.

Hasta que escuché un fuerte ruido, que se rompió algo, y al abrir la puerta se escuchó como azotaron la puerta al caminar. Vi a mi madre, con los ojos muy rojos; hasta me dio miedo verla así.

—¿Tú qué haces aquí? ¡¡Ya deberías estar dormida!! —Al escuchar su fuerte grito, me dio mucho más miedo; sentí que me golpearía. —Lárgate a tu cuarto ahora, no te quiero ver. —Al escuchar esas palabras, sentí una gran herida en mi corazón. Al pasar por la puerta, vi a mi hermana, su rostro, en lo poco que abrió la puerta, mientras que los otros dos también podía ver que se asomaban, pero pude ver a uno de ellos con una herida en su mejilla. Espero que mi padre no haya provocado ese golpe.

Me cubrí por completo con mis cobijas y traté de no llorar muy fuerte. Esas palabras me dolieron mucho, y ver así a mi hermano, ya son las 3:46 am, me duele la cabeza, quiero hablar con alguien. Le envié un mensaje a Olivia; al principio dudé en enviárselo. Solo le conté lo que ocurría; no suelo contarle los problemas de mi casa. Le suelo mentir, no me gusta hacerlo, pero ella ya tiene sus propios problemas, pero me gustaría escuchar un consejo.

Llegar a ese lugar otra vez; estaba el señor Francis. Me hizo una seña para que me acercara. Después de habernos saludado, me dio un abrazo, cosa que me sorprendió, y me dio una paleta, y me dijo que no me pusiera triste. Olivia le habrá contado por qué no vine ayer ni el miércoles; en la escuela no tocamos más ese tema. Al estar con mis amigas, por dentro solo quiero gritar y llorar, pero me contengo. Al menos al estar con ellas, mi mente se distrae de esos pensamientos negativos.

Pero cuando estamos en la última clase, me invade todo pensamiento y no quiero ir a casa, pero contengo a uno. Me siento triste, pero como dice mi padre, si lloro es por ser débil, pero al recordar lo que pasó, mi padre también tiene su lado débil.

Al recordar eso de mi pasado, no creí que fuera tan doloroso y lo oprimida que me sentía.

—Estás bien, Sara, si quieres puedes tomar un descanso. —La voz de Mika me hizo regresar a mi realidad; no me di cuenta de que había dejado de escribir.

—No estoy bien, admito que es doloroso recordar todo esto. 

—Pero duele más si te lo guardas. —Cuando escuché esas palabras, dejé escapar varias lágrimas me sentí derrotada, sola. Al mirar el reloj ya es tarde, y me sorprendió que no me diera hambre; debe ser por todo lo que estoy recordando.

—Está bien, si puedo ir por un poco de agua.

—Ahí ni me preguntes, solo hazlo. —Me dio un poco de risa en cómo lo dijo, es muy expresiva.

—Sí, gracias. Por cierto, ¿tú no tienes hambre?

—No, hace muchos años que no como algo, bueno, fuera de aquí. Yo solo tengo que imaginarlo o usar la tinta y ya. —Me hizo una demostración. Es increíble, es como si un lápiz invisible estuviera dibujando; una mesa y un juego de té y varios postres aparecieron. Hasta me sentí un poco mal; no sé si ella pueda sentir los sabores o los olores, debe ser muy difícil estar atrapada.

—Es increíble cómo haces eso, am.... quería preguntarte algo, pero no sé si te incomode.

—¿Quieres saber más sobre mi verdad?

—Sí.

Charlamos un poco más. Al escuchar más su historia, es increíble como cada quien tiene sus luchas. No puedo creer que ella haya aguantado todo eso durante décadas. Realmente quiero sacarla de ahí, pero no podré hacer mucho hasta que me permita leer las historias de los anteriores escritores; cada uno no solo escribió su historia, sino datos. Datos que muchos matarían por obtener, al menos me alegro de que este libro no sea uno de los que están malditos; al menos ya no tengo más esa duda, pero es peligroso que alguien obtenga esos libros, incluso este. No sé cuántos libros habrá que son peligrosos que alguien los tenga, pero me gustaría quemarlos todos, así no habría más tentaciones.

Yumbrel: nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora