Las vacaciones fueron muy lentas para mí; anhelaba con ansias regresar a la escuela. No me gusta estar en mi casa, escuchar peleas, discusiones, todos los días; sentía que era un milagro cuando no ocurría una pelea o una discusión. Mi padre era raro que estaba en casa, pero ya me estaba acostumbrando a eso. Cuando él estaba, me sentía tan bien estando a su lado, pero también al estar ahí, había esas peleas, a tal grado que había golpes.
Todo ha cambiado, ya no es como antes, que incluso solía jugar con nosotros. Incluso mis hermanos nos hemos distanciado un poco. Desde que supe días antes de saber del campamento, mi padre ha cambiado drásticamente; mis hermanos discutiendo con ellos, y yo solo observando, sintiéndome mal, a pesar de que hace vez estaba en mi cuarto solo escuchando cómo se gritaban.
Cuando pasaba algún problema y yo estaba ahí cuando ocurría, yo termino aceptando el castigo, a pesar de que yo no estaba involucrada. Terminaba regañada; no suelo ponerme a discutir como mis hermanos o mis padres, solo me quedo callada, escuchando lo que supuestamente hice mal, a pesar de que no hice nada solo por el hecho de estar ahí, presente en silencio. Parece que sigo cometiendo errores, eso dicen mis padres; la culpa siempre es mía por ser la mayor, porque yo debo cuidarlos. Eso siempre me dice mi madre soy responsable de lo que ellos hagan, pero cada vez que quiero hacer algo no puedo, por ponerlos a ellos en primer lugar.
Recuerdo una vez una pelea, no sé qué fue lo que hice mal para que mi padre me golpeara así, con el cinturón, con la fuerza de esa ira que la descargaba en mi espalda. Recuerdo que me dolió tanto que ni podía recargarme en nada por el dolor que sentía, pero me gustaría saber qué fue lo que hice exactamente para haberlo hecho enojar así, y al haber recibido ese castigo, ¿qué es lo que está mal en mí? ¿Algún día terminará esto?
Casi todo el tiempo me la pasaba en mi cuarto, con mis libros, viendo series, encerrada en mi mundo o, como suelen decirme, encerrada en mi cueva. Al saber que las vacaciones terminaron, estaba feliz, pero algo nerviosa de regresar a la escuela. Aunque a muchos no les emociona esto de regresar a la escuela y prefieren estar en sus casas, pero no era mi caso; yo prefería estar en la escuela. Alejada de esto, una parte de mí se sentía como Harry Potter, que le gustaba estar en la escuela. Cada año los estudiantes los sortean para cambiar de grupo; me gustaría saber por qué hacen eso, aunque pienso que eso es extraño. ¿No sería más fácil solo dejarlos así y pasarlos al siguiente año?
Al revisar mi hoja, me tocó en el 3°C otra vez en el grupo "c". Qué rápido pasó el tiempo; ya estoy en el último año de la secundaria. Al llegar al salón, hay un gran mural en el fondo; es hermoso. Los detalles debieron haberlos puesto en el verano. Hay compañeros aquí en el salón; sentí sus miradas, pero yo me dirigí al primer asiento que vi libre, en frente del escritorio del profesor. A nadie le gusta ese asiento; yo, por otro lado, ya me acostumbré. Dejé mi mochila cuando escuché gritar mi nombre. Al voltear, es Olivia, pero no estaba sola; estaba con otras dos chicas. Creo que son hermanas. Son altas, tienen su cabello muy largo; es impresionante. Una tiene piel clara, la otra es morena.
—Hola. —La abracé muy fuerte; estaba feliz de verla, al menos no me ha olvidado.
—Qué bueno, nos tocó en el mismo salón. —Me alegro mucho oír eso. Estaba muy nerviosa ya que no sabía con qué compañeros me tocaría. No soy buena hablando con la gente, no hago amigos con facilidad. Al pasar el transcurso del día, las conocí a ambas, y son amigas de la infancia y yo creyendo que son hermanas ya que se parecen muchísimo. Me contaron que son vecinas y han estado asistiendo a la misma escuela desde el prescolar. Son geniales, son muy divertidas, aunque en la forma de hablar es muy grosero, pero a pesar de eso son muy divertidas, me hacen reír mucho.
Además de ellas, conocí otras tres chicas. Ese día llegaron poco antes de empezar la clase. La del medio es chaparrita, delgada, su cabello lacio y castaño, sus ojos son hermosos, son verdes. La otra del lado derecho es un poco más alta que la otra chica; al verla, se ve que practica algún deporte. Y la chica del lado izquierdo es morena, su piel es tan bonita y su cabello negro.
Es increíble como de una amistad aumentó a este grupo; ahora somos siete. Es hermoso, no había tenido tantas amistades. Incluso por unos días había olvidado los problemas en casa y lo que pasó en las vacaciones, que tan bien se sentía estar aquí con ellas que en casa.
Me gusta pasar tiempo con ellas, las he podido conocer mejor, han pasado por muchas cosas, pasaron los días y entró una chica nueva. Al verla, creo que es gótica; nadie se le acercaba, pero al verla así, me sentí muy mal porque sabía lo que se sentía, así que decidí hablarle y ahora es parte de nuestro grupo.
Ha pasado un mes y ya las conocía mucho mejor. Cada una ha pasado por sus propias luchas. Vivian es la más bajita del grupo; ella tiene un hermano mayor, pero ella ha tenido muchas relaciones en las que le han sido infieles. Solo quiere encontrar el amor. No había escuchado quejarse de su familia en el tiempo que la he conocido, solo de sus rupturas amorosas. No he tenido novio, así que no soy buena consolándola o diciéndole algo de ese tema; he llegado a perder la cuenta de cuántos novios ha tenido.
Hanna, la chica a la que le gustan los deportes, se le da muy bien el fútbol y el béisbol; son los deportes en los que ella es la mejor de la clase, además de la mejor corredora. Su tiempo está casi a la par que el de un chico de nuestra clase. Helena, ella es la que pensé que es gótica al principio, pero su estilo es chic-urbano, pero nadie sabe de su mayor secreto más que nosotras y prometimos que no diríamos nada. Fue algo impactante que nos haya dicho, al menos para mí, saber esto y que haya tenido esa valentía y confianza de decirnos. Al principio creímos que era una broma; me gustaría ser tan valiente como ella.
Anne y Amelia, por otro lado, al crecer entre ellas, se entienden mucho mejor. Tienen los mismos problemas, muchos problemas familiares, además de que han sido muy criticadas por su cuerpo. Me siento identificada con ellas y comprendo por lo que pasan, porque no tenemos los mejores cuerpos que muchos desean que tengamos, y no son solo los familiares los que critican, sino también los mismos compañeros que nos lanzan indirectas, pero con la diferencia de que yo no les digo nada, y ellas, por otro lado, no se quedan calladas y hasta me dejaron de molestar. Gracias a ellas, me gustaría tener esa determinación que tienen.
Ya no me estreso tanto en mis notas como antes; eso hizo que amara estar más con ellas y no volver a estar sola. Olivia planeó una salida, solo para ambas; ya casi se aproximaba el día cuando les pregunté a mis padres. Fue raro que ellos me dejaran ir.
Tenía miedo de su respuesta, ya que no es habitual que me dejen ir a alguna parte sin darme excusas para no ir, pero no desde que pasó la última pijada con Olivia.
—¿Qué ves?
—Naruto —vi a mi padre entrar al cuarto. y sentándose en la orilla de la cama.
—Te quiero. —Ya no me siento tan extraña. Lo ha dicho mucho desde que le conté del campamento.
—Yo también.
—Ya mañana irás.
—Sí.
—Lamento no poder ir contigo mañana.
—¿No nos vas a dejar en la escuela mañana?
—No.
—Ha... está bien, bueno, ya me tengo que dormir —dije mirando la hora del celular.
—Sí, claro, buenas noches.
—Buenas noches, hasta mañana. —Al principio no comprendí a lo que se refería, pero unos minutos después entendí de qué trata ese lugar. ¿Acaso iba a poder ir a su mundo?
No dejaba de pensar si será cierto o no que iré; tal vez solo sea mi imaginación. Por más que di vueltas en la cama, no paraba de pensar en eso, en todas las posibilidades de cómo sería estar en ese lugar. Después de un rato al ver mi celular, ya pasaron dos horas de que traté de dormir; sí que es complicado para mí, así que me puse a ver un anime, hasta que me salió un video que se ve interesante. Al ver la película, lloré mucho; me contuve lo más que podía para no hacer ruido.
Sería lindo que alguien me amara, así como el chico que la amó hasta su último aliento.
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Yumbrel: nada es lo que parece
Adventureen un universo fracturado por la guerra y la traición, descubrir que mi familia puede ser mi mayor enemigo. Confié en la persona equivocada y aprendí que la traición puede venir de aquellos mas cercanos, hubiera sido mejor morir aquel día que vivir...