Capítulo 14

130 3 0
                                    

Al seguir caminando, esta vez tomamos una dirección diferente; solo caminamos derecho y no tomamos las escaleras como antes. Al seguir, entramos en una habitación. Ahí había una mesa larga y ahí tres personas; en la habitación, dos de ellos están sentados, una mujer de piel oscura, a su lado un hombre con piel morena con una enorme cicatriz que se podía ver en su cuello. Traté de no mirar eso y ver otra cosa.

El tercero estaba en el fondo de la habitación con una carpeta en sus manos; sentí como mi corazón se aceleraba nuevamente, sentí mucho miedo.

—Tomen asiento, por favor. —Al sentarme traté de calmarme y que mis nervios no me ganen.

—Hola, mi nombre es Lía, mucho gusto en conocerte, linda —soltó una pequeña risa.

—Yo soy Alan y el viejo cascarrabias es mi hermano Liam.

Aquel hombre de la cicatriz parecía malo, pero en la forma que lo dijo fue gracioso, al contrario del otro que no decía nada. Está muy concentrado en esos papeles; deben ser muy importantes para que se enfoque así. Su mirada y la mía se cruzaron; agaché la vista, avergonzada.

—No le prestes atención, hace viejo; ha tenido un mal día con su prometida, si saben a lo que me refiero. —Solté una risita al escuchar la risa de esa mujer.

Su hermano le tocó el hombro dejando esa carpeta en frente de él.

—Deberías dejar de bromear y concentrarte en cosas importantes. —Ese sujeto sí me causaba cierto temor.

—Ah, esto es importante, hermano, ¿qué pasa si tu novia te deja solo por esa pequeña cosa?

-ya cállate charlatán siguen siendo niños que sabrán ellos- fue algo incómodo escuchar su discusión, pero el señor Héctor los interrumpió.

—Ya paren, las cosas no están para que bromen ahora, déjenlo para después —el tono como lo dijo, tan calmada, como si esto fuera algo común verlos bromear así a ambos. Esa mujer es muy bella.

—Lo lamento, pero sabes que me gusta divertirme un poco.

—Sé que esto es raro para ti. Tu padre ya te contó un poco de esto; hace meses tuve una charla de esto con tu padre. —Al mirar sus ojos, solo quería saber de qué hablaron exactamente ese día. —Te queremos dar la oportunidad de que elijas tú si quieres estar aquí. Te enseñaremos de este lugar y a usar ese poder que llevas contigo; también hay otros como tus amigos que asistirán.

—Suena increíble. —Mis nervios me están ganando, qué horror, es lo único que pude decir.

—Sabes, creo que tienes un gran potencial. Con nosotros podrías hacer un gran cambio, todos ustedes... No hay muchos como los de tu clase, y es maravilloso encontrar alguien como tú fuera de este lugar, empezar una nueva era.

Es impresionante todo esto, me mostraron unas imágenes de cómo está el mundo, es horrible, no puedo creer lo que vi y no solo de eso, también me mostraron cosas de lo que pasó en mi mundo; no tenía idea de que hubiera tanta guerra, secuestros, muertes. Parecen una mentira, pero al ver la seriedad en sus caras, todo lo que me han enseñado, todo lo que he escuchado hasta ahora, lo que he visto es real, y hay cosas que ni me hubiera imaginado que existían, pero es bastante real ver algo tan maravilloso en este lugar, pero afuera es un caos.

—Este mundo está arruinado, pero podemos repararlo —dijo esa mujer mirándome fijamente. Me sentía como en un interrogatorio, esperando que dijera que sí. —Ya deben haberte contado un poco de por qué estás aquí, y considero que no es una opción que te marches así y dejar esto a un lado. Queremos que seas parte de esto, una mujer hace casi 8 años nos contó que podríamos poner fin a todo esto con una generación que acabaría con este caos, pero sobre todo que podría acabar con esto desde la raíz.

Yumbrel: nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora