Capítulo 5

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Después de cinco días, en mi cabeza aún seguía, pensando con lo que me dijo, que habría un campamento de verano, y quería que fuera; sus padres pagarían el boleto, solo faltaba que yo hablara con mis padres. Nunca había ido a uno, pero sonaba increíble asistir a un campamento de verano.

Pero conociendo a mis padres, dudo que me dejen ir, pero una parte de mí tiene la esperanza de que me dejen asistir.

Al ver la información en la hoja, el campamento solo dura una semana. Además, Cristian habló conmigo para que fuera. Me sorprendió su actitud conmigo, es raro que me hable de esto. Me sentía como un mal tercio, pero al verlo así y la emoción de Olivia, quería ir, pero solo tenía que pensar cómo decirles a mis padres para que me dejen ir. Pero tal vez no sea un problema con mi padre, ya que él sabe para qué es este campamento, pero el problema sería mi madre. No sé qué hacer.

Pero al recordar que se aproximan los exámenes, pensé que podría usar eso a mi favor. Si sigo con mis buenas notas, tal vez tenga una probabilidad de que mis padres me dejen ir a ese campamento. Me puse a estudiar después de clases, en horas libres y en los recesos. Hacía mis tareas para tener más tiempo de estudiar. Cuando llegó la semana de examen, como esperaba, en inglés no saqué una buena nota, pero subí 1.5 más de mi calificación normal. Para mí fue un logro haber sacado más en esa materia.

Estaba nerviosa ya que no sé qué diría mi madre por mis exámenes; al menos los maestros también se fijan en las tareas y los trabajos. Eso me ayudará a subir un poco la calificación final.

En las otras materias, me fue bien; en matemáticas siempre saco la nota más alta. Es raro, pero al parecer soy la única de mi salón que le gusta esa materia. Otros prefieren educación física o biología; ese profesor es divertido y en la clase hay muchas risas, pero a pesar de eso, mi materia favorita son las matemáticas; el salón suele estar muy silencioso.

Al llegar a casa, vi a mi madre en la cocina. —Hola, ma, tengo algunos de los resultados de mis exámenes —estaba emocionada.

—Hola, ¿cómo te fue? —Parece que no me escuchó lo que le dije.

—Bien, mamá, tengo mis exámenes.

—Al rato los veo; ven a ayudarme a la cocina. —Fui a la cocina después de dejar mis cosas en el cuarto. Me puse a hacer lo que ella me pidió; solo pensaba en las palabras correctas para hablar sobre ese campamento. Aún falta 1 mes para eso, pero cuanto más pronto les dijera sería mejor; además, en la hoja hay una fecha límite. Tengo miedo de su respuesta.

Una parte de mí tiene la esperanza de que me dejaran ir.

—Mamá, Olivia me comentó de un campamento de verano y me gustaría ir; su padre se ofreció a pagarme el boleto —dije con nervios, no estaba segura de su respuesta.

—Voy a hablar con tu padre. —Cuando quise responder, mi hermano asomó la puerta; eso hizo que me asustara.

—Perdón, se me fue, mamá, adivina qué... —Al escuchar su expresión, mi madre le preguntó. Él siguió hablando de lo que le pasó en la escuela, mientras que yo terminaba de hacer lo que me decía de la comida y servirle a mi hermano. Durante la comida llegaron mis demás hermanos. Al terminar, me fui al cuarto; me gusta estar en mi cuarto, está muy oscuro, hasta parece cine. Después de un buen rato, escuché la voz de mi madre gritándome. Fui a su cuarto; ella estaba acostada en su cama con su celular en la mano.

—No vas a ir; en inglés sacasteis muy bajo.

—Por favor, mamá, subí de calificación. Mis exámenes anteriores sí son pésimos, pero subí—Aún no terminaba de explicar cuando ella me interrumpió.

—No, tu padre vio lo que sacaste en inglés —me dijo seria. Al verla y sus gestos, solo pensé que la decepcioné.

—El profe también cuenta las tareas.

—Tu examen es el que me importa —me dijo antes de terminar de explicarle.

Al oír eso sabía que no iría; tendré que decirle a Olivia que no iré. Pensé que al menos mi padre me dejaría, pero veo que debo esforzarme mucho más. Me había emocionado tanto ir y conocer el lugar, que me cuentan maravillas de ahí, que descuidé las cosas aquí, mis deberes. Al terminar la semana de exámenes, fue muy estresante.

—Vamos a hacer algo el fin de la semana —dijo emocionada Olivia.

—No creo que me dejen salir, además no iré al campamento con ustedes —dije con una sonrisa para ocultar mi tristeza.

—¿Y por qué no te fugarás? Vamos y cuando estemos allá les dices —dijo Cristian con esa energía peculiar que tiene.

—No conoces sus padres, es raro que la dejen salir a un lugar. Fue difícil cuando quisimos hacer la pijamada, que la dejaran ir.

—Qué familia tan rara tienes.

—Tú eres raro.

—La rarita es otra. —Me dio un empujón en mi espalda; nos empezamos a reír.

Después de eso llegó el día que nos entregaron nuestra boleta y al ver mi boleta, sabía que mis calificaciones no serían suficientes para que me dejen, tendré que decírselo mañana.

Aproveché en una clase para darle una nota que, si podíamos ser las últimas en irnos, del salón que tenía que decirle algo, al llegar la hora de educación física le expliqué.

—Está bien, pero espero al menos si te dejen ir a mi casa más seguido, y si mi madre habla con la tuya, bueno, no sé si tu mamá se llegue a molestar con tanta insistencia.

—¿Qué hacen aquí? Salgan a la clase —dijo el profesor; estaba parado en la entrada, recargado en la puerta.

Después de eso los días pasaron rápido, incluso me agradaba la compañía de Cristian. Es muy gracioso, no debí haberlo juzgado antes de conocerlo, es todo lo contrario de lo que pensé. He visto cómo cuida a Olivia; creo que sí siente algo por ella después de todo, pero poco a poco me sentía un mal tercio al ver que ellos solían pasar más tiempo juntos y yo detrás de ellos. Cuando caminamos alrededor de la escuela en la hora del receso, a veces me la pasaba en el salón con la excusa de que quería terminar la tarea antes y no hacerlo en casa, aunque no todo el tiempo era mentira.

Al llegar a casa, solo quería encerrarme en mi cuatro, solo escuche las peleas en el camino, mi madre regañando a mi hermano, fue extraño pero es la primera que intervengo en una conversación, solo dije que me había pegado en la clase de educación física y tenía un moretón, a pesar de eso, la única persona qué pregunto algo al respecto, que es lo que paso exactamente, fu mi hermana menor, pero no pude explicarle nada, por mi madre molesta empezó con otra vez a decir lo que paso, me quede calla todo el camino, al llegar a casa solo me metí al cuarto, me puse mi pijama y una serie, me alegra que al menos ya no comparto cuarto con mis hermanos, me gusta estar en mi cuarto, viendo mis caricaturas y dibujar.

Recordé el libro que me prestaron; al verlo, es la primera vez que leo un manga. Me lo prestó un compañero de la escuela. Me había visto dibujar y sentí algo de miedo cuando él sacó ese comentario. Se había sentado en frente de mi asiento y había sacado ese manga y yo, curiosa, le pregunté. Me explicó lo que era; fue extraño, pero creo que había hecho otro amigo, y me dio tres de ese mismo tema que estaba leyendo.

Después de leerlos, me gustó mucho ver los detalles de los dibujos; es muy hermoso One Piece. Solo había leído los tres primeros; después de eso me prestó otros, los de Naruto. Me agrada ese chico, es más alto que yo, su cabello es negro, usa lentes igual que yo.

Mi padre había visto esto y me regaló mi primer manga; es de Sailor Moon. Me regalaba uno por semana. Es extraño, pero me gustaba leer; me hacía despegarme de este mundo y entrar en otro, gracias a ese chico, que me habló y me enseñó. Esto me hacía sentir mejor; al ver estos animes e imaginarme cosas grandiosas, hasta había música asiática que me gustaba. Incluso recuerdo una conversación en la que él me dijo.

—La música es buena, no importa qué ritmo tenga, pero lo que importa es la letra —me alegró un poco al recordarlo.

Me agradan sus conversaciones; además, me enseña el lenguaje de señas. Con él, a pesar de que iba en otro salón, en los recesos me lo topaba y pasaba un rato conversando. Además, ya no me sentía tan mal tercio con Olivia y Cristian, ya que ellos solían hablar de muchas cosas y la mayoría del tiempo ni sabía de qué conversaban, ni se daban cuenta de que ya no estaba con ellos tanto tiempo, si no con él.

Yumbrel: nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora