Capítulo 6

147 5 0
                                    

Olivia y yo habíamos planeado hacer otra pijamada; ya habíamos planeado hacer una anteriormente, pero no me dejaron porque mis padres ya tenían planeado que el fin de semana lo pasáramos en familia. No quería ir a esa salida; solo es más pelea que diversión.

Planeamos la pijamada con tiempo; además, también se aproximaba una tardeada. En la escuela, mis padres no me dejaron ir. Es lo más seguro; el año pasado no me dejaron asistir a los eventos escolares, así que dudo mucho que me den su autorización para esto, pero Olivia, al ver lo que pasó, eso se le ocurrió, que podríamos hacerlo, reemplazar esa fiesta por nuestra pijamada. Además, mi madre ya había conocido a la suya en aquella vez que hubo esa junta en la escuela hace pocos días. Cuando hablé con mi mamá y mi padre al respecto, aceptaron. Sentí como si fuera un milagro que me dejaran ir.

Es raro, pero mi padre ya no me cuenta nada de ese lugar. Cuando le dije lo del campamento, cuando quiero hablar de eso, me cuenta otra cosa, pero a pesar de eso, sigo pasando más tiempo con él. No me importa que ya no quiera hablar de eso; mientras puedo estar con él, me siento muy feliz.

Al llegar ese día, el padre de Olivia pasó por nosotras. Al llegar a su casa, ya no me sentía tan rara; vi a su madre con el bebé. Es increíble cómo ha crecido, es tan adorable. —La comida está lista y no te hagas de la boca chiquita, sírvete con confianza. —Me dio pena al oír eso de su madre. Al sentarnos y al comer, su padre me dijo que no me sintiera mal si mis padres no me dejaron ir. Habrá otras ocasiones donde pueda ir, tal vez.

—Sí, gracias, estoy feliz de que me hayan dejado venir.

—No te enojes con ellos, solo se preocupan por ti. Yo así soy con mi hija; me tiene que marcar cuando va a llegar a un lugar, si va en camino o si ya llegó. Solo es por precaución, nunca se sabe qué puede pasar. Dime qué es lo que sabes de ese lugar. ¿Qué es lo que te ha contado tu padre de eso?

—Bueno, me ha dicho de sus aventuras que ha tenido. Sé que hay muchos tipos de poderes y criaturas muy fascinantes, como duendes.

—Ya veo... así que, ¿qué es lo que te gustaría saber de ese lugar? —Es extraño, pero no me siento intimidada por él. Usualmente, los adultos me aterran al contarles algo o responder sus preguntas, pero sus palabras me agradan.

—Son varias cosas, de hecho.

—¿Cuál es tu primera pregunta?

—¿Por qué tú y mi padre no se hablan?

—Escolpicado —se aclara la garganta— es un problema entre nosotros, no es necesario que sepas, y no pienses mal, solo quiero meterte en un problema que solo se trata de dos.

—Está bien —me dio algo de pena preguntar—. ¿Hay más como nosotras?

—Sí, pero no todos pueden poseer un poder; si hay varios niños, de hecho 18 para ser exactos, tienen genes de nuestro mundo, pero no todos desarrollaron algún poder.

Es increíble esto; me pregunto si los llegaré a conocer, o si en algún momento los habré conocido.

—Bueno, todavía tenemos algo de tiempo antes de irme —dijo su padre, sacándome de mis pensamientos. Yo solo veía a Olivia al lado de su padre; él estaba frente a mí.

—Bueno, ¿por qué el campamento? ¿Para qué ocultarlo? —Fue raro, pero sabía que me prestó atención; es diferente cuando les cuento a mis padres.

—Es parte de una meta, lo ocultamos para evitar cualquier accidente. Muchos sí van a creer, otros creerán que están locos. Tu mundo, este mundo, tiene personas buenas como malas, al igual que en el mío, pero las personas al poseer magia son más peligrosas y en mi mundo la guerra todavía sigue y ellos están llenos de tanta codicia que no dudarían en conquistar otros mundos. Así como nosotros podemos cruzar, hay probabilidad de que otros lo hayan hecho, pero no sean tan amigables como nosotros.

Yumbrel: nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora