Yumbrel: nada es lo que parece

Capítulo 23

No me he sentido bien últimamente, pero mis amigos no ven eso, solo ven que sigo sonriendo y riéndome de todo, pero por dentro me siento rota. Cuando cruzamos el portal, fue extraño ver a Arturo con un traje; se ve muy elegante, y dos guardias.

—Buenos días, chicas. Ah, por cierto, Sara, hay alguien que quiere hablar contigo. Oliva, por favor, sigue a los guardias; ellos te llevarán en esta ocasión

Cuando nos separaron, me sentía algo nerviosa. Cuando llegamos, vi a Lía y Liam. Hace mucho que no veía a ese tipo.

—-hola, querida, toma asiento, por favor. Arturo, ¿podrías esperar afuera, por favor? —Mi corazón se empezó a acelerar. ¿Acaso hice algo malo?

—No has hecho nada malo —dijo, sentándose frente a mí Liam. Se me olvidó por completo que él lee los pensamientos; no puedo ocultar nada, si él está en mi cabeza.

—Liam, déjala así, solo quería saber si has notado algo inusual últimamente, eso es todo, linda. —Es muy hermosa y más cuando sonríe; muchos solo verían que es una mujer bondadosa, pero cuando se trata de pelear, es muy buena y despiadada, al menos eso es lo que me ha contado Arturo.

—No creo —me llegó un pensamiento, cuando mi padre llegó ebrio. Rayos, ahora él sabrá lo que pasa en casa.

—¿Has tenido varios sueños, inusuales? —Me alegro de que no hayas mencionado lo de mi padre.

—Sí —Arturo debió contarle sobre esos sueños, cuales siento muy reales.

—¿Podrías contarme uno de ellos, el que sea? —Cuando mi mirada se cruzó con Liam, sé que él verá todo; me da miedo solo pensarlo, le conté lo que recordaba. 

Pero lo más curioso de todo es que tuve un sueño donde aparecía ella, aunque se miraba más joven, y le decía algo; no recuerdo las palabras, pero al contarle lo que recordaba de ese sueño, la casa, el jardín, la chica, si no me hubiera enseñado esa foto, la señorita Lia no habría visto así con ojos llorosos al saber que es su hermana y si era ella la que vi en ese sueño de joven, solo sentía más confusión y algo de miedo.

—Son sus recuerdos —dije balbuceando.

—Sí, sí —me respondió ella, se levantó y se acercó a mí, me tocó mi mejilla, esperando que algo suceda; podía ver su dolor, su pérdida, la comprendo bien.

—ella me pidió dártelo, su fragmento de cristal. —No sabía qué responder; solo quiero llorar con ella. No importa la edad que tengamos, la pérdida de un hermano que queremos demasiado es muy dolorosa.

Cuando se apartó de mí, sentí unas lágrimas en mi mejilla; me las limpié. Creo que ver a la señorita Lía así me provocó esto. Liam estaba recargado cerca de la ventana; seguía mirándome con su frialdad.

—Si estás aquí no es por casualidad. Con el tiempo sabrás la verdad. Su hermana pidió que te lo diéramos; ella tuvo una visión y te vio a ti. No solía contarnos muchas cosas con detalles, siempre decía que es mejor que no sepas mucho, pero no debes saber... 

—Del todo lo que ocurrirá en el futuro —dije esas palabras sin pensar e interrumpiéndolo—. He escuchado esas palabras en varios sueños. Cuando dije eso vi la mirada, con nostalgia, de Lía; al sentir su mirada, cuando la vi, solo le sonreí.

—Realmente tienes sus recuerdos, aunque no sé cómo pasó examen.

—Bueno, hay una leve sospecha del cristal. Tal vez ella experimentó con eso dejando algunos recuerdos. Todos creen que su cristal se perdió en la guerra o incluso que se destruyó, pero hay una organización secreta, nosotros para ser exactos.

—Liam, no creo que sea buena idea que lo sepa así.

—Tienes que guardar este secreto. Nadie tiene que saberlo, o podría estar en peligro; así como hay gente buena, hay gente muy cruel. Nadie tiene que saber que tienes otra gema. Se modificó la tecnología que se dio. Será muy difícil que descubran el otro cristal. Te estoy diciendo esto porque muchos estábamos de acuerdo en que ya era hora que supieras, y que tu vida no será nada fácil. No me gusta que los niños sean involucrados, pero solo hacemos esto por una promesa.