50 | El castigo de Umbridge

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NO DEBO DECIR MENTIRAS

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TODAS LAS SUPERFICIES ESTABAN CUBIERTAS CON FUNDAS O TAPETES DE ENCAJE. Había varios jarrones llenos de flores secas sobre su correspondiente tapete, y en una de las paredes colgaba una colección de platos decorativos, en cada uno de los cuales había un gato de color muy chillón con un lazo diferente en el cuello.

Ya no quedaba nada de lo que una vez fue el despacho de su padrino, que se mostraba muy diferente, pudiéndose encontrar en él cualquier criatura tenebrosa fascinante en una jaula o cubeta.

Ahora aquellos cuadros de gatos eran tan feos.

—Buenas tardes, señor Potter—saludó con una sonrisa falsa—, señorita Potter...

Leslia no la vio al principio; llevaba puesta una túnica floreada muy chillona cuyo estampado era parecido al del mantel que la profesora tenía detrás.

—Buenas tardes, profesora Umbridge-. murmuraron ambos.

—Siéntense, por favor—dijo la profesora señalando una mesita cubierta con un mantel de encaje a la que había acercado un par de sillas.

Sobre la mesa habían dos trozos de pergamino  blanco. Harry y Leslia se sentaron.

—Esto... empezó Harry sin moverse—profesora
Umbridge... Esto..., antes de empezar quería pedirle... un favor.

Los saltones ojos de la profesora Umbridge se entrecerraron.

—¿Ah, sí?

—Sí, mire... Es que estoy en el equipo de quidditch de Gryffindor. Y el viernes a las cinco en punto tenía que asistir a las pruebas de selección del nuevo guardián, y me gustaría saber sì... si podría librarme del castigo esa tarde y hacerlo... cualquier otra tarde...

—¡Ah, no!—replicó la profesora Umbridge esbozando una sonrisa tan amplia que parecía que acabara de tragarse una mosca especialmente sabrosa—No, no, no. Lo he castigado por divulgar mentiras repugnantes y asquerosas con las que sólo pretende obtener notoriedad, señor Potter, y los castigos no pueden ajustarse a la comodidad del culpable.
No, mañana vendrán los dos aquí a las cinco en punto, y pasado mañana, y también el viernes, y cumplirán sus castigos como está planeado. De hecho, me alegro de que se pierda algo que desea mucho. Eso reforzará la lección que intento enseñarle.

Hija de puta...

La profesora Umbridge lo miraba con la cabeza un poco ladeada y seguía sonriendo abiertamente.

Always | La hermana de Harry Potter | Draco Malfoy y tú [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora