Always | La hermana de Harry Potter | Draco Malfoy y tú [TERMINADA]

80 | El pequeño cobertizo

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ODIO QUE ME DEJES 

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LA SALA COMÚN DE SLYTHERIN ESTABA CON UNA ANIMADA FIESTA LUEGO DE SU PRIMERA VICTORIA DEL AÑO. La sala resonaba con fuerte música y Leslia no sabía qué hacían los gemelos Weasley ahí.

Las luces verdes destellaban mientras los estudiantes celebraban con entusiasmo su primera victoria en Quiddich. Leslia frunció el ceño, algo cansada mientras trataba de hacerse paso entre las serpientes, que la felicitaban a cada paso que daba.

—¡Lo hiciste genial, Leslia!—dijo quien sabe quién fuese cuando pasaba por su lado. Ella asintió algo agobiada y se dirigía a las escaleras cuando los gemelos Weasley le cerraron el paso.

—¿Como estás, Leslie?—inquirió Fred.

—Nos fastidia decir esto, pero lo hicieron muy bien—admitió George.

—Gracias, chicos—asintió Leslia, y terminó aceptando la copa que los gemelos le ofrecían.

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Las bebidas burbujeaban en copas talladas mientras la música casi reventaba sus oídos. Muchas conversaciones se entrelazaban con risas. Leslia no sabía de dónde habían sacado el  alcohol los gemelos, pero una copa le llevó a otra, y luego otra, y tal vez otras más.

Solo recordaba soltarse y ser feliz por un rato. Fue así hasta que un grupo de chicos la rodeó. Los mismos chicos del expreso de Hogwarts a principios de curso.

Leslia claramente iba demasiado ebria, y apenas se podía mantener de pie cuando se acercaron a ella. Miró alrededor algo aturdida. No sabía dónde estaban sus amigos y solo podía ver focos de intensas luces de colores que dañaban sus ojos.

Trató de buscarlos y salir del círculo donde estaba rodeada, pero se le complicó bastante cuando ellos se acercaron más a ella, lanzando comentarios que oía como si estuviesen demasiado lejanos. Se mareó un poco y se tambaleó, haciéndolos reír.

—Apártense—balbuceó ella, agobiada, pero eso no dio resultados.

—Vamos, Leslie, juega un rato con nosotros—dijo un de ellos, tocándola de forma inapropiada. Leslia sintió ganas de vomitar y no era consciente de lo que pasaba. Solo sabía que se encontraba realmente mal.

—Déjenme tranquila, tarados—escupió Leslia, con dolor en el pecho. Robando una copa de alguien desconocido para ahogar sus penas.