Always | La hermana de Harry Potter | Draco Malfoy y tú [TERMINADA]

81 | Un gracias y un perdón

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NO LO ENTIENDO

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LESLIA, JULIET, MÉROPLE, MARGOT, THEO Y BLASE SE ENCONTRABAN EN LOS PASILLOS ENTRE CLASE Y CLASE. Los alumnos pasaban frenéticamente por su alrededor mientras ellos estaban parados en una esquina.

—Entonces...—dijo Leslia, con el ceño fruncido—¿dices que durmió en el suelo?

—Así es—asintió Zabini. Nott asintió, dejándola pensativa.

—Creo que deberías hablar con él—opinó Juliet, con los brazos cruzados—. Se portó muy bien contigo. Podría haberte dejado ahí tirada y no lo hizo. Te cuidó en todo momento, ¿no?

Todos asintieron, y Leslia miró alrededor, buscando la cabellera rubia—. ¿Dónde creen que está? ¿Dónde se ha metido?

Leslia había despertado aquella mañana con un insoportable dolor de cabeza, pero vio que Draco le había dejado una poción en su mesita que le hizo sentir mucho mejor. El chico ya no estaba cuando abrió los ojos y sus amigos tuvieron que contarle lo sucedido.

Ella estaba muy confusa, solo recordaba la primera parte de la noche. Tal vez sí se había pasado...

—Bien, ahora vuelvo...—murmuró la pelirroja colgándose su mochila en un hombro, y se alejó de ellos a grandes zancadas.

Buscó al Slytherin por los pasillos del castillo, la sala común de Slytherin, la biblioteca, el patio interior y el aula de pociones. Sin éxito, decidió subir al séptimo piso, desesperada.

Se sobresaltó cuando Draco apareció de repente. Leslia miró detrás del chico, que estaba desapareciendo tras de él la sala de los menesteres. Se cruzó de brazos, confusa.

—¿Qué haces tú aquí?—preguntaron las dos voces, al unísono. Se miraron.

—Solo buscaba un sitio donde poder estar tranquilo—dijo, y Leslia intuyó que no estaba siendo demasiado sincero—La sala común es un caos—se limitó a decir—¿y tú? No contestaste a mi pregunta...

—Vine a agradecerte—dijo directamente. Él la miró con algo de sorpresa. Ella se encogió de hombros—Por lo de anoche...

—Ah, eso...—murmuró él, más relajado—. Qué sucede con eso?

—Pues...—ella parecía algo contrariada—no me dejaste ahí tirada como seguramente hicieron otros... Gracias por eso, no tenías por qué hacerlo.