28 | La llegada de los huespedes

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EL TORNEO COMIENZA

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CUANDO LA GIGANTESCA FORMA NEGRA PASÓ POR ENCIMA DE LAS COPAS DE LOS ÁRBOLES del bosque prohibido casi rozándolas, y la luz que provenía del castillo la iluminó, vieron que se trataba de un carruaje colosal, de color azul pálido y del tamaño de una casa grande, que volaba hacia ellos tirado por una docena de caballos alados de color tostado pero con la crin y la cola blancas, cada uno del tamaño de un elefante.

Las tres filas delanteras de alumnos se echaron para atrás cuando el carruaje descendió precipitadamente y aterrizó a tremenda velocidad.

Un muchacho vestido con túnica de color azul pálido saltó del carruaje al suelo, hizo una
inclinación, buscó con las manos durante un momento algo en el suelo del carruaje y desplegó una escalerilla dorada.

Respetuosamente, retrocedió un paso
Una mujer muy alta, salió del carruaje, una hermosa mujer de piel morena unos ojos cristalinos grandes y negros, y una nariz afilada.

Llevaba el pelo recogido por detrás, en la base del cuello, en un moño reluciente. Sus ropas eran de satén negro, y una multitud de cuentas de ópalo brillaban alrededor de la garganta y en sus gruesos dedos. Dumbledore comenzó a aplaudir. Los estudiantes, imitando a su director, aplaudieron también, muchos de ellos de puntillas para ver mejor a la mujer.

Sonriendo graciosamente, ella avanzó hacia Dumbledore y extendió una mano reluciente.
Aunque Dumbledore era alto, apenas tuvo que inclinarse para besársela.

—Mi querida Madame Maxime—dijo—, bienvenida a Hogwarts.

—«Dumbledog» —repuso Madame Maxime, con una voz profunda—, «espego» que esté bien.

—En excelente forma, gracias —respondió
Dumbledore.

—Mis alumnos —dijo Madame Maxime, señalando tras ella con gesto lánguido.
Muchos chicos y chicas salían del carruaje.
Llevaban túnicas muy delgadas, por lo que titiritaban. Algunos se habían colocado bufandas sobre la cabeza y miraban el castillo con aprehensión.

Esperaron mucho tiempo más, observando para todas partes.

—¿No oyen algo?—preguntó Theo repentinamente.

—¡El lago! —gritó Lee Jordan, señalando hacia él—. ¡Miren el lago!

Desde su posición en lo alto de la ladera, desde la que se divisaban los terrenos del colegio, tenían una buena perspectiva de la lisa superficie negra del agua. Y en aquellos momentos esta superficie no era lisa en absoluto. Algo se agitaba bajo el centro del lago.

Always | La hermana de Harry Potter | Draco Malfoy y tú [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora