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Cuando llegaron al palacio, Doflamingo ordenó a Babby 5 que acompañase a Fujitora a la sala de los tronos mientras él, después de pedir a Buffalo que trajese unas esposas de Kairoseki, arrastraba a ambos jóvenes apresados por un largo pasillo.

Los pasos del rubio se detuvieron delante de una de las puertas que se ubicaban en el corredor, sin tener ningún cuidado dejó caer el cuerpo de Law al suelo para luego girar sobre sí mismo y encarar a la chica que flotaba por sus hilos.

- Pequeña Ray - pronunció el Demonio Celestial llevando una mano al rostro de la chica clavando sus dedos en la mandíbula de ella - yo no quería llegar a esta situación, pero no he tenido alternativa.

La chica sintió cómo las hebras que la mantenían presa se desvanecían, pero sus piés no tocaron el suelo, ya que el Shichibukai seguía sosteniendo su cuerpo en el aire.

- Tu debías de ser diferente, no tenías que seguir los pasos del traidor de Law - soltó, dando la sensación de que escupía las palabras con odio.

El dolor era palpable en el cuerpo de la morena, no tenía fuerzas para enfrentar la situación, vio su propio reflejo en los cristales de las gafas que ocultaban los ojos del Demonio Celestial.

Parecía que el rubio disfrutaba del momento, ya que su sonrisa se hizo más pronunciada al ver el sufrimiento en el rostro de la joven.

Unos pasos precipitados se escucharon al fondo del pasillo, Doflamingo dejó caer entonces a la chica, que se derrumbó en el suelo junto al magullado cuerpo del cirujano.

El subordinado apareció entonces cargando con dificultad una bolsa con lo que Joker le había pedido.

- Encargate Buffalo - habló el rubio mientras comenzaba a alejarse metiendo sus manos en los bolsillos.

- Si joven amo - respondió el chico mientras se arrodillaba para ponerle las esposas lo más rápido que era capaz al pirata que seguía inconsciente.

Buffalo abrió la puerta que estaba frente a ellos, agarrando con fuerza del pelo a Ray la obligó a levantarse del suelo para después empujarla dentro de la oscura sala, la chica no pudo evitar volver a caerse sobre sus ya magulladas rodillas.

La morena giró su rostro dispuesta a intentar huir, pero entonces, el miembro de la familia Donquixote lanzó el cuerpo del peli-negro al interior de la habitación, que rodó hasta quedarse boca abajo después de impactar contra la pared del fondo.

La joven se había quedado mirando al pirata algo preocupada, pero cuando escuchó que la puerta comenzaba a cerrarse, se precipitó hacia ella chocando su cuerpo contra la superficie de madera, pero ya era tarde. El sonido de una llave en la cerradura dejaba claro que no iba a poder salir de aquel lugar.

- ¡No! - gritó con frustración la joven haciendo caso omiso al dolor que sentía en la garganta.

Ray comenzó a golpear la puerta con sus puños, dándole también alguna patada, pero era inutil.

- Por favor - suplicó la chica en un jadeo apoyando su frente contra la superficie que la encerraba.

Dejando su cuerpo deslizarse al suelo la joven se giró para acabar sentada en la superficie con la espalda pegada a la salida. Miró a su alrededor, encontrándose con una estancia vacía y fría iluminada por la luz que se colaba por una pequeña ventana situada en la parte superior de la pared.

Sin poder evitar que la sensación de claustrofobia se apoderase de ella, Ray se encogió sobre su cuerpo abrazando sus piernas, apoyando su frente en sus brazos intentó esconderse de los recuerdos de aquellos días en Punk Hazard.

- Jikken -Trafalgar LawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora