- Jikken -Trafalgar Law

30.

Ray se encontraba en un pasillo lleno de puertas que parecía infinito.

- ¿Hola? - pronunció la chica en un tono de voz alto al tiempo que caminaba por el corredor - ¿hay alguien ahí?.

La única respuesta que obtuvo fue el silencio.

No entendía qué pasaba ni dónde estaba, empezando a sentir una inquietud creciente intentó abrir una de las puertas pero esta no cedió, siguió avanzando realizando la misma acción en las siguientes obteniendo el mismo resultado.

Sus piernas comenzaron a ir más rápido cruzando el pasillo buscando el final del mismo pero era interminable. No sabía el tiempo que estuvo corriendo hasta que la necesidad de pararse se hizo presente, apoyando las manos en sus rodillas intentó normalizar su respiración alterada.

Mirando a su alrededor le pareció que seguía en el mismo lugar en el que se encontraba al principio ya que todo era exactamente igual, un pasillo eterno lleno de puertas.

La frustración se hizo presente hundiendo a la morena que dejó caer su cuerpo poniéndose de cuclillas, rodeándolo con sus brazos se encogió sobre sí misma ocultando su cabeza en sus extremidades. Cerrando sus ojos intentó comprender dónde estaba, recapitular lo que había ocurrido, pero su mente estaba en blanco.

Un leve destello salió entonces desde debajo de una de las puertas, Ray pensó que se trataba de un reflejo de su imaginación y levantó la cabeza sin ninguna esperanza de que hubiese sucedido realmente. Sus ojos captaron otro parpadeo luminoso escabullirse entre el marco, gateando se acercó apresuradamente hasta ponerse en pie delante de la pieza de madera. Con manos temblorosas aproximó sus dedos al pomo que estaba frío en contraste con su piel, soltando una larga exhalación accionó la palanca que hizo un pequeño click.

La puerta entonces comenzó a ser engullida por una luz tan luminosa que Ray tuvo que entrecerrar sus ojos, cuando el brillo parecía ir disminuyendo la chica parpadeó seguido para fijar su vista.

Una habitación que parecía bastante común se había formado a su alrededor.

- Para esta cirugía se usa este vaso sanguíneo - escuchó entonces la chica provocando que se volteara en la dirección de la voz.

Ante ella había un hombre y un niño sentados en una mesa estudiando juntos una pila de libros.

- Perdonad - habló Ray, pero ninguno de los dos se dió la vuelta.

La puerta de la estancia se abrió y una niña con coletas entró corriendo.

- Onii-sama vayamos al festival - pronunció de manera jovial acercándose a la mesa.

- Ahora no, estoy estudiando Lammy - respondió el niño que estaba sentado en el escritorio de manera tajante.

La morena no entendía qué pasaba, ninguno se había percatado de su presencia.

La pequeña comenzó a quejarse de la respuesta hasta que una mujer entró también en la habitación, agachándose a la altura de la niña colocó su mano sobre el hombro de esta para tranquilizarla con ternura.

- Law, está bien que estudies, pero te pondrás malo si te pasas - dijo dulcemente la mujer.

- Law... - soltó en un suspiro Ray.

El niño se giró y miró a la madre con la intención de decir algo, en cambio los ojos del pequeño se movieron clavándose directamente en los de la morena, en ese momento ella sintió como el gris de los iris del muchacho la absorbía.

La joven entonces se encontró en una calle de una ciudad que parecía estar sumergida en una guerra, el humo y el fuego lo envolvían todo, los disparos se escuchaban por todo el lugar acompañados de gritos y lamentos.