34.2.

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- Lo deseo todo - pronunció en un susurro ronco el pirata.

Ray enarcó una ceja separando su rostro levemente para mirarle mejor.

- ¿Todo? - inquirió - eso es muy ambicioso por tu parte.

Law movió sus manos hasta acunar el rostro de ella en sus palmas, llevando uno de sus pulgares a los labios de ella, la obligó a entreabrirlos.

- No te imaginas lo codicioso que puedo llegar a ser - afirmó clavando su mirada en la boca de la chica.

La morena mordisqueó la yema de la falange de él para después rozarla con su lengua. Law se relamió el labio inferior observando la acción con el deseo reflejado en sus ojos.

Ella sonrió con picardía, descendiendo sus manos por el cuello de él recorrió la piel hasta apoyarlas en los pectorales del pelinegro sintiendo el calor en sus dedos.

- Tienes que saber - habló la chica - que yo también lo soy - añadió desplazando su mirada al pecho del pirata.

Law sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral ante la confesión audaz de ella. En sus labios se dibujó una sonrisa ladina, reflejando el desafío que ahora se desplegaba entre ellos.

- ¿Es una amenaza? - inquirió, la chica clavó sus ojos en los iris de él.

- Más bien una advertencia - corrigió empujando el pecho de él. Este se dejó caer en el sofá sin apartar su mirada de ella - pero tengo mis condiciones.

El cirujano se mordió el labio para después volver a sonreír, estirando su mano agarró la de la chica empujándola hacia él. Ray se dejó llevar acomodándose a horcajadas sobre las piernas del pirata.

- Me decepcionaría bastante que no las tuvieras - susurró irguiéndose un poco quedando a la misma altura que la chica - por favor - dijo subiendo sus dedos por el brazo de la chica en una sutil caricia - ilústrame.

La piel de ella se erizó al sentir el tacto de los dedos de él a través de la prenda, mordiéndose el labio llevó una mano a la nuca de él para juguetear con sus mechones oscuros.

- Esto - pronunció Ray en un tono determinante - no significa que vaya a ser leal a ti, quiero seguir teniendo libertad para decidir por mi misma.

Law se mantuvo en silencio escuchando con atención las palabras de ella mientras sujetaba entre sus dedos las hebras de la melena de ella.

- Nadie puede enterarse - prosiguió ella mientras movía su mano a la oreja de él, acariciando el lóbulo sintió el frío contraste de los pendientes que adornaban el oído de él - no quiero que piensen que me relaciono contigo para tener favores de ningún tipo - explicó.

Law acercó su rostro al cuello de la chica, inhalando profundamente disfrutando del aroma que emanaba de la piel de ella.

- Estoy de acuerdo - soltó dejando que su aliento chocara con la piel sensible de la zona.

Ray contuvo un jadeo al percibir la respiración del cirujano en su carne.

- No considero esto como una relación - pronunció entrecortadamente debido a la cercanía de la boca de Law en su cuello - solo una interacción placentera y consentida por ambas partes.

Los labios del pirata rozaron suavemente el cuello de la chica, un leve gemido viajó por la garganta de ella al sentir la humedad sobre su piel.

- ¿Algo más? - preguntó él llevando una mano a la espalda de la chica atrayéndola un poco más hacia él.

- No quiero mentiras, la sinceridad mutua es un requisito al que no voy a renunciar - añadió.

- Me parece justo - respondió Law relamiéndose los labios todavía escondido en el hueco de la garganta de ella.

- Jikken -Trafalgar LawDonde viven las historias. Descúbrelo ahora