- Jikken -Trafalgar Law

7.

Oscuridad, eso es lo que rodeaba Ray, la negrura había sido su compañera durante los últimos meses, hacia que se sintiese inquieta, pero a pesar de eso, en ese momento se sentía en calma.

Esa tranquilidad disminuyó de golpe cuando comenzó a escuchar unos susurros a su alrededor.

- Inyectad la primera dosis - pudo distinguir la mujer entre las voces.

Unos dedos enguantados rodearon el brazo de la chica con fuerza, esta intento zafarse del agarre, pero unas correas alrededor de las muñecas impedían que moviese sus extremidades.

La peli-negra enfocó su vista en la sujeción que tenía sobre su cuerpo para distinguir a una figura que sostenía una jeringuilla metálica con un líquido verde.

Ray agitó su cuerpo a medida que veía cómo el artefacto se acercaba peligrosamente a su brazo, fue inútil. La aguja perforó el brazo de la joven con decisión, un grito de dolor inundo el silencio que ocupaba la sala.

El sufrimiento de la chica empeoró cuando la figura comenzó a introducir el líquido en el sistema venoso de la mujer.

La morena sentía como el líquido recorría su cuerpo abrasándolo todo a su paso.

La chica entonces abrió sus párpados de golpe, pero la oscuridad es lo único que seguía viendo, se incorporó subitaménte escuchando un estruendo metálico junto a ella.

Chopper que estaba sujetando el brazo de la chica para colocarle la vía se había asustado moviéndose precipitadamente, dando un golpe al carro de metal que tenía junto a él con los artilugios médicos preparados, haciendo que todo cállese al suelo.

Sin pensarlo mucho, al ver que la morena se llevaba las manos a la venda que tenía en los ojos, activo su transformación Kung Fu Point para intentar agarrar el cuerpo de Ray.

Al mismo tiempo en la cubierta de Sunny todo estaba en calma, cada uno de los integrantes de la banda de los Mugiwara descansaba a su manera en la cubierta del barco.

Después de los intensos días que habían pasado, agradecían tener un momento de paz y tranquilidad.

En una esquina Caesar se lamentaba en silencio de su actual situación mientras observaba los acontecimientos que ocurrían a su alrededor, intentando averiguar dónde se encontraba la chica morena.

Le preocupaba cómo se desarrollarían los acontecimientos en un futuro si esa mujer quedaba en libertad.

De pronto un fuerte golpe proveniente de una habitación situada en la estructura de la popa del barco hizo que todos quedasen en silenció.

- ¡Ayuda! - el grito que llegó desde la zona del barco donde se había escuchado anteriormente el ruido.

Luffy, que se encontraba en la proa del Sunny encima de la cabeza del león, estiró su brazo al mástil del barco y se lanzó hacia el lugar de donde provenía el grito.

- ¡¿Qué ocurre?! - gritó Ussop atemorizado mirando en la dirección de la que había venido la llamada de auxilio.

Al mismo tiempo Zoro agarró sus katanas para después precipitarse escaleras arriba siguiendo a su capitán, Sanji no tardo en ir tras los pasos del peli-verde.

- ¡¿Acaso no podemos tener un día tranquilo?! - se quejaba Nami.

Law había salido de una de las habitaciones inferiores corriendo, al comprobar que Caesar continuaba apresado en una de las esquinas del barco dedujo de dónde venia el problema.

Sin pensarlo mucho, el del gorro de piel avanzó hacia la sala medica bajo la atenta mirada de los presentes que también comenzaron a acercarse a la zona, pero sin subir a la planta superior, poniéndose en guardia por sí tuviesen que defenderse.