Ray caminaba por el pasillo del barco, abrazándose a sí misma con los brazos rodeando su cuerpo. El cansancio la abrumaba. Pegaba el costado de su cuerpo contra la pared para mantenerse en pie y avanzaba con paso lento por el estrecho corredor.
No tenía idea de en qué cabina dormía la tripulación del Sombrero de Paja. De pronto, unos ronquidos provenientes de la puerta en la que estaba apoyada llamaron su atención. Con cuidado, giró el pomo y miró por la rendija.
Dentro de la habitación, la banda dormía profundamente, acomodados como podían en el reducido espacio. Algunos en posturas que parecían desafiar la comodidad, lo que provocó una leve sonrisa en los labios de Ray.
Intentando hacer el mínimo ruido posible, se introdujo en la habitación. Encontró un hueco en una de las esquinas donde acomodarse. Deslizó su cuerpo por la pared hasta quedar sentada y apoyó la cabeza contra la madera, soltando un profundo suspiro al mismo tiempo que cerraba los ojos.
No comprendía qué le estaba ocurriendo. Nunca antes había revivido aquellos acontecimientos del pasado con tanta nitidez. Había intentado borrarlos de su mente, pero regresaban con una intensidad que la sobrecogía. La escena en el embarcadero le resultó extrañamente familiar, algo imposible de recordar con tanta claridad siendo ella apenas un bebé.
Se esforzaba por entender cómo esos recuerdos habían regresado con tanto detalle. El disparo a su abuelo se entrelazaba con el que Doflamingo la había obligado a realizar contra Law, dos instantes que, por su similitud, estaban grabados a fuego en su mente. Momentos en los que no había tenido otra opción.
Las lágrimas brotaron de sus ojos, silenciosas y abundantes. La culpa la consumía, una carga que parecía imposible de soportar. Se sentía asfixiada por el peso de su pasado.
En ese momento, una mano cálida se posó sobre su hombro. Ray se sobresaltó y alzó la vista para encontrarse con los ojos serenos de Robin.
—¿Estás bien, Ray-chan? —preguntó Robin con voz suave—. Pareces... angustiada.
Ray se enjugó las lágrimas, sorprendida de no haberse percatado de que la arqueóloga estaba despierta.
- Sí - dijo en un susurro para no despertar al resto.
- Es normal que estés sobrepasada en este momento, Ray-chan - pronunció la de ojos azules - Han sido muchos cambios en muy poco tiempo.
A Ray le reconfortó la calidez de la mano de Robin sobre su hombro. En la mirada de la arqueóloga no había juicio, solo comprensión y apoyo.
- Gracias - susurró la de ojos grises.
- ¿Quieres contarme algo que te preocupe en concreto?
Ray negó con la cabeza, sintiéndose vulnerable y expuesta. No estaba preparada para compartir la carga de su pasado con nadie, ni siquiera con Robin, a quien comenzaba a considerar una amiga.
- Solo estoy cansada - murmuró buscando una excusa creíble - Ha sido un día muy largo.
Robin asintió con comprensión y retiró su mano del hombro de Ray.
- Descansa, Ray-chan - dijo con una sonrisa amable - Mañana será otro día.
Ray se acomodó en la esquina que había encontrado, intentando ignorar las miradas curiosas de algunos de los miembros de la tripulación que se habían despertado con el intercambio de palabras. Cerró los ojos con fuerza, deseando poder borrar los recuerdos que la atormentaban.
En un intento desesperado por escapar de la oscuridad, Ray se aferró a los recuerdos del cirujano en la cubierta del barco. La calidez de su toque, la intensidad de su mirada, la sensación de seguridad que le transmitía... Eran como un refugio al que podía acudir para encontrar consuelo.
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- Jikken -Trafalgar Law
FanfictionUnos muros de Kairōseki esconden un secreto que hará cambiar el rumbo de la historia. Personajes pertenecen a Eiichiro Oda. Fanfic basado en el manga One Piece tras el desarrollo del arco de Punk Hazard. Seguirá la trama original de la obra pero co...