9. Sugar

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—Bien, el cuarto que usarás queda frente a mi habitación. Llevaré las maletas hacia allá para que te acomodes.— La cara del castaño era todo un poema, ¿Dormirían separados? ¿En qué momento decidieron eso?

—Jungkookie hyung, yo quiero dormir contigo.— El alto detuvo el paso cuando Taehyung tomó la maleta.

—No, dormirás solo. Se lo prometí a Jin.— Con que esas tenían, él de había preparado para compartir pieza con el pelinegro, incluso por eso insistió tanto en dejarle su habitación a Jimin aludiendo que se quedaría ese tiempo con Jungkook, ¿para qué? ¿Para terminar durmiendo separados? O no, le conocería su peor lado si así quería.

—No quiero, quiero dormir junto a ti.—Cruzándose de brazos camino por el pasillo hasta ir a la habitación del mayor donde se lanzó a la cama aferrandose al edredón.

—¿Por qué me estas llevando la contraria? Haz caso, eres un consentido. Levántate de ahí y ve a tu habitación a acomodar las cosas.— Las manos del alto tomaron las piernas de Taehyung quien pataleaba por soltarse.

—Suéltame Jungkook, no iré. Dije que quiero estar aquí.— Un palmazo fue dado en el redondo trasero de Taehyung quien al sentir esto emitió un chillido agudo.

—¡H-Hyung!.— Intento darse vuelta pero sus movimientos fueron detenidos por el peso del más alto sobre su cuerpo.

—Nada que hyung, te estoy ordenando y no haces caso. ¿Por qué te comportas como un niñato malcriado?.— ¿Niñato? Acaba de decirle niñato, ¿a él? ¿A la cosita más preciosa que alguien alguna vez en la vida podría tener?

—¿Niñato?.— Los ojos del castaño se cristalizaron sorprendiendo al mayor, se bajó del cuerpo delgado de su osito de miel sentándose justo a su lado.

—¿Bebé? No, no, no. No llores.— Desesperado lo agarró posicionándolo sobre su regazo, Kim escondió su rostro en el pecho del mayor y una sonrisa se presentó en su rostro mientras Jungkook le daba suaves caricias pidiéndole perdón. Pues sí, era un malcriado, manipulador y consentido de primera. Lo que él quería, lo conseguía incluso si eso significaba fingir estar dolido.— Mi osito de miel, no llores.

—H-Hyung cree que soy un niñato, yo sólo quería dormir a su lado porque me da miedo estar solo.— El corazón de Jeon se estrujó al escuchar la desganada voz de su pequeño, ¿realmente era una mala persona por no permitir que durmieran juntos? Mordiendo su labio suspiró, Jin no vivía ahí, no se enteraría.

—Está bien bebé, puedes dormir aquí conmigo.— Listo, el maldito lo había conseguido. Taehyung 1 - Jungkook 0. Eso realmente había sido fácil, otras veces le costaba más conseguir cosas, sobre todo com Namjoon hyung que ya le conocía sus berrinches un poquito.

—¿De verdad? .— Levantó su rostro emocionado. Jungkook le miró alzando la ceja por el cambio radical de ánimo, un momento, ¿acababan de manipularlo nuevamente? Indignado iba a reclamar pero su cuerpo fue tirado a la cama por el castañito que sonreía coqueto.— ¿Debería agradecerle como corresponde?

El trasero de su osito de miel se posó justo en la zona de su entrepierna, se tensó al sentir como era aplastado por esos globos de masa que se movían en un lento vaivén. Taehyung levanta muertos, bueno realmente, levanta miembros porque fueron unos cuantos roces que provocaron que su miembro se erectara dentro de los apretados pantalones.

—Taehyung, creo que no haz conocido realmente como soy. Pero si existen cosas que me ponen de mal humor, son los malcriados de primera.— La mano de Jungkook se cerró en el cuello del menor quién disfrutaba de la fricción entre su trasero y la polla del alto. Cuando los dedos de Jeon se cerraron en su delgada garganta abrió los ojos un tanto asustado, percatándose de la mirada oscurecida del contrario.

¿No que muy hetero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora