25. Hogar

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Todos llegaron hasta el departamento del pálido, Jimin iba de la mano de su novio dando caricias con su dedo pulgar. Le costaba verlo de esa forma, tan delgado y ojeroso, Namjoon había decidido conducir y llevarlo de vuelta al departamento de soltero, pero Min se apuró en decir que no al recordar las condiciones en que estaba ese pobre lugar, así que sin más que hacer volvieron al departamento donde antes vivía con Jimin.

—¿Estás seguro que te sientes bien? Debiste quedarte unos días más en el hospital, no tienes buen semblante—Seokjin lo miraba de reojo desde el espejo, Jimin también creía que no estaba apto para salir de alta.

—No quiero estar encerrado en un cuarto de hospital, quiero estar en mi cama.

—Pues debiste pensarlo antes de casi matarte de un coma etílico, ¡quieres que tus sobrinos nazcan antes! —El gritó de Jin llegó a asustar a los presentes— ¡No eres un puto inmortal! No sabes lo preocupado que estaba cuando Namjoon me avisó, te podrías haber muerto consumiendo esas cantidades de alcohol.

—Jinnie...

—Nada que Jinnie, tú y Jimin son unos irresponsables. ¿Acaso saben lo que es perder a alguien para siempre? Y no, no hablo de perderlo aún sabiendo que esta persona vive.

—Perdón—Yoongi se sintió culpable al notar la angustia de Jin, había tomado una mala decisión descuidándose. Pero debían entenderlo, le dolió ser dejado sin darle una oportunidad de explicarse. De hecho, aún sentía una espinita de dolor, pero al ver el semblante de arrepentimiento que cargaba su pequeño muñeco de porcelana ese dolor se disipaba un poco.

—Ya llegamos, cariño cálmate. Ya tienes 7 meses y medio, los bebés están próximos a nacer—Seokjin bufó y se quejó como un niño pequeño, alegando que él era médico y sabía hasta donde alterarse.

Ambas parejas bajaron del auto y se encaminaron hasta el departamento del pálido, Jimin parecía una garrapata aferrándose a Yoongi mientras miraba a su alrededor con un rostro de pocos amigos cuando una que otra persona ojeaba a su novio.

—Minnie, te falta gruñir para marcar territorio—Yoongi besó la frente del menor que al escuchar como era molestado hacia pucheritos.

—¿Taehyung y Jungkook?—preguntó el pelirrosa.

—Estan en el departamento, encargaron comida y bebidas NO ALCOHOLICAS—Recalcó el embarazado— Para celebrar tu alta, y también sacaron los alcoholes que tenías en este departamento.

—¡Qué!—alterado el pálido miró mal a sus dos amigos— Son mis colecciones.

—Amor, no volverás a beber. Y no, no quiero reclamos, ¿Entendido?

—Pero muñeco.

—Min Yoongi.

—Lo que el amor de mi vida diga—dijo resignado al ver el rostro serio del menor, al fin se sentía tranquilo al tener a esa pequeña cosita entre sus brazos.

Cuando llegaron al departamento y abrieron, Jungkook estaba sentado en una esquina de los sofás con un puchero en sus labios mientras Taehyung estaba frente a él de brazos cruzados. La molestia podía notarse saliendo de los poros del castaño mientras que Jeon ignoraba a su novio en un intento por pasar desapercibido.

—¿Y ahora qué sucedió? —Namjoon entró preguntando al ver a los dos menores del grupo en esas posiciones.

—Que te lo diga este otro.

—¿Cómo que "este otro"? Soy tu Kookie, Kim Taehyung. ¿Ya me dejaste de amar? Es eso, yo lo sabía—El resto miraba como el azabache había comenzado a hacer un berrinche, notaban como la paciencia de Taehyung estaba a punto de irse de paseo o más bien ya no existía porque los jalones de mechas que el pobre Jungkook se llevaba por parte de su novio tenía a los cuatro restantes en una esquina inmóviles como estatuas.

¿No que muy hetero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora