28. Hormonas

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Sus manos se aferraban a los muslos musculosos de su novio, enterraba sus uñas cada vez que la punta del pene de Jungkook tocaba el fondo de su boca haciéndole salivar más de lo normal. Respiraba cuando este se retiraba hasta el inicio y botaba el aire por la nariz cuando su pobre garganta era embestida.

—Así dulzura, trágatelo todo—dijo entre gruñidos.

La mano del alto se aferraba con fuerza sobre los cabellos castaños de Taehyung, quién llevaba un buen rato engullendo el pedazo de carne viril del mayor, disfrutaba de la sensación de llenura en su boca, pero lo que él deseaba era otra cosa.

Mientras le daba placer a Jungkook, una de sus propias manos se encaminó hasta su trasero en busca de algo, sus alargados dedos no demoraron en encontrar su entrada levemente humedecida y sin siquiera pensarlo introdujo dos dedos en su interior. Estaba semi dilatado, justo ese día en la mañana había estado jugando con sus juguetes sexuales, las hormonas le tenían caliente y él no era quién para negarse placer sexual.

Jungkook ante la vista que su caramelo le estaba dando sintió que su pene más se engrosaba, tomando al menor por el cabello lo alejó provocando que un hilo de saliva conectara su boca con su miembro.

—Sube al sillón bebé y alza tu trasero.

Sin oponer resistencia se colocó de rodillas sobre el mueble acolchado, su trasero respingado estaba a toda vista, algo que el mayor disfrutaba de apreciar.

Tomando su miembro lo acercó hasta la entrada húmeda y dilatada de Taehyung, el glande rozaba la zona sensible una y otra vez generando una exquisita fricción.

Hyung...hazlo.

—No sabes lo que provocas en mi cuando me dices "hyung" cariño—Susurró cerca del oído del castaño una vez que se apegó a él.

—Por favor hyung, te necesito.

Sin hacerlo esperar el mayor se hundió de una sola estocada, Taehyung no pudo evitar tirar su cabeza hacia atrás y gritar escandalosamente ante la fuerte penetración, sintió como su interior succionaba desesperado el falo gordo de Jungkook cada vez que este entraba y salía.

—Ah~ cariño, estás apretado. ¿Me extrañabas?— su mano fue hasta el cuello delgado del chico acaramelado y enterró sus dedos en la zona.

—S-Si...mmm, se siente bien.

Su voz salió bastante baja ante la presión que la mano del mayor ejercía sobre su manzana de adán, se sentía vibrar por completo cada vez que el glande llegaba hasta su punto sensible y lo maltrataba. Sus pobres piernas tiritaban del placer y su pene punzaba por la fricción con la tela del sofá.

Estuvo deseando ser follado por Jungkook todo este tiempo, las hormonas del embarazo lo tenían caliente la mayor parte del tiempo y no estaba siendo atendido en esas necesidades.

—Caramelito—La voz ronca del mayor lo sacó de sus pensamientos, como pudo volteó su rostro para encontrarse con los ojos de su pareja descubriendo que el placer para él era el mismo. La lujuria inundaba esos orbes brindándole la satisfacción que necesitaba.

Taehyung sacó su lengua y Jungkook no dudó en lanzarse hacia ella entrelazándola con la suya iniciando un beso salvaje entre ambos, las embestidas continuaban igual de violentas buscando la liberación propia y de su pareja. El ósculo acallaba los gemidos de ambos aún cuando el alto había tomado el miembro del castaño comenzando a estimular la zona, con esa simple acción logró que Taehyung apretara su entrada contra la polla gorda del mayor quien ante el placer que sintió no pudo evitar tirar su cabeza hacia atrás y gruñir el nombre del castañito.

—Joder, amor...ah.

Sin previo aviso salió del interior del menor ganándose unos cuantos insultos de su parte, tomó asiento en el sillón y atrajo al embarazado sobre su regazo. Los ojos de Kim brillaron al entender que debía hacer, se posicionó con rapidez y con todas las ansías engulló con su estrecha y lubricada entrada la verga de su novio.

La acción les hizo gemir a ambos y sin importarle nada comenzó a brincar como un desesperado encima del mayor. El ambiente caliente se podía palpar si alguna persona llegaba a entrar al departamento de la pareja.

El sudor envolvía el cuerpo de ambos amantes, Jungkook llevó su mano hasta el trasero del hombre sobre su cuerpo apresándolo con fuerza, no pudo aguantar los deseos de amasarlo a su gusto sacándole gemidos agudos al menor. Su mano impactó con fuerza sobre una de esas pomposas nalgas, disfrutó escucharlo gritar su nombre.

—H-Hyung ya c-casi.

—Mm...caramelo, me comes tan bien.

Levantó su pelvis para embestirlo con vigor, el ruido del choque de su cadera contra las mejillas traseras de Taehyung hacia eco en la sala, sintió que estaba a nada de correrse así que aceleró el ritmo de las penetraciones hasta que no pudo retenerlo más y se vació por completo dentro del menor, Taehyung por su parte llevó al orgasmo sobre el cuerpo de ambos desparramando su esencia en sus vientres.

Jadeaban en busca de aire y satisfechos por el acto carnal que habían llevado a cabo.

—¿Te sientes bien bebé? — Acarició el cuerpo del menor con sus manos, sobando las zonas maltratadas mientras esperaba que se reincorporara.

—Si hyung, estoy bien — Sonriendo se levantó con el cuerpo de Taehyung entre sus brazos y besó repetidas veces esos labios que tanto le encantaban, lo llevó hasta el baño sentándolo sobre el excusado mientras preparaba la tina para ambos.

Se dedicó a mimarlo todo el tiempo que lavaba su cuerpo con delicadeza dentro de la tina, sus manos tocaban con cariño el vientre donde estaba su bebé. Sintiéndose dichoso de que en unos meses más estaría cargando a un mini caramelito.

salió del baño cargando a su casi dormido noviecito, lo acostó en su lado de la cama una vez que le colocó el pijama. Taehyung era demasiado bonito, con el embarazo la belleza innata que cargaba había aumentado. Su vientre aún era pequeño, no bordeaba los 3 meses de embarazo aún, y se notaba la baja de peso que había tenido.

Se sentía un poco inutil, volvía a recriminarse la falta de atención que estuvo teniendo esas semanas trabajando. Había dejado de lado a la persona más importante de su vida por culpa de su propia ambición, por centrarse en ganar más dinero para tener una buena vida y sin preocupaciones. Mandó un mensaje a sus compañeros de trabajo avisándoles que se tomaría una semana de vacaciones comentándoles de que la salud de Tae no estaba en las mejores condiciones.

—Perdóname caramelito, prometo que no volveré a dejarte de lado ni a ti, ni a nuestro hijo— dijo una vez que se acostó a su lado.

—Te amamos Jungkookie, y extrañamos mucho—susurró somnoliento el castañito sorprendiendo al mayor quien creía que ya dormía.

—Te amo, me haces el hombre más feliz del mundo.

Durmieron abrazados recargando energías por todo el tiempo que la distancia estaba haciendo estragos en la vida de ambos. Jungkook agradecía que la persona que le acompañaría el resto de su vida fuera Taehyung, un niño mimado que llegó a revolucionar la vida. Con sus niñerías, rabietas, alegrías, tristezas. Siempre creyó que su vida se basaría en lo típico, trabajar, casarse con una mujer dentro de su mundo laboral, rutinario. Quizás tendría hijos, quizás no, pero ahí estaba relajado al lado de la persona que más amaba, agradecía al destino por haberle brindado la oportunidad de ir creciendo junto al castañito o su caramelito como él le llamaba.

¿No que muy hetero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora