10. Daddy

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Los días transcurrieron para ambos, Jungkook tuvo que volver a trabajar pese a los berrinches de Taehyung y este continuar aburrido en la casa del mayor. A pesar de estar estudiando, su carrera no consistía en ir todos los días presencial, solo de miércoles a viernes y ese día como tal era martes, así que no le quedaba de otra que aguantarse. Sus amigos pasaban ocupados, al igual que Jimin entre la universidad y el trabajo de modelo no le daba de pasar con el chiquillo de hebras castañas.

—¿Wooshik querrá venir? O Seojoon, ese perro hipócrita no me dijo nada de lo que se trae con Jimin.— Mandando un mensaje al grupo del Wooga recibió respuesta de ambos mencionados, donde indicaban que llevarían algo para comer ya que sabían de la nula capacidad que tenía el pequeño de cocinar.

Sumado a eso, Jungkook le había dejado sin nada ese día de lo apurado que tuvo que salir al trabajo por culpa de cierto castañito que no lo soltaba. Era un mimado, ¿qué más podían hacer? Toda la vida Jin le consintió y cuando conoció a Namjoon se multiplicó. El timbre le sacó de sus pensamientos y apresurado fue a abrir, topándose con la presencia de ambos altos que en sus manos cargaban los alimentos comprados en un restaurant de carne asada.

—¡Al fin llegan!.— Ni siquiera los saludó cuando arrebató de las manos de ambos las bolsas.

—Tsk, sólo por esto nos quieres acá.—Dijo Seojoon indignado, mientras Wooshik solo reía ante el comportamiento del niño mimado.

—Cállate, te estas comiendo a mi Mimi, aquí no puedes hablar.— Indignado el alto entró junto al otro amigo quienes tomaron asiento alrededor de la mesa de centro donde Tae ya estaba colocando los alimentos junto a unas cuantas bebidas.

—No te preocupes Tae, que ni siquiera a mi me contó lo que pasa con el rucio.—Los dos mas bajos se fueron contra el de pelos oscuros, quién más indignado que antes les miraba con una ceja alzada.

—Esto parece junta de madres juiciosas, si no dije nada es por respeto a Jimin. El par se pone de acuerdo, si es así mejor me voy y los dejo copuchar.—Su momento fue cortado por el timbre, Tae se apuró a abrir para darle paso a su otro amigo, Hyungsik llevaba soju y cerveza.

—Llegó por quién lloraban.— Entrando con una sonrisa abrazó al castaño y al resto de amigos.— Miren es el traicionero con patas, don Park.

—Otro más, no se cansan.— Todos rieron, o al menos los tres restantes ya que Seojoon solo los fulminaba con la mirada.

—Nadie lloraba por ti, llorábamos por peakboy.— Ahora el indignado era Hyungsik que ignorándolo se sentó en el suelo frente a la comida.

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¿No que muy hetero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora