Unas manos grandes rodearon el vientre del embarazado, caricias fueron dejadas sobre aquel prominente bulto donde se encontraban las dos criaturitas que en tan solo unos meses verían la luz del día.
—Mmm...Namjoon, ¿qué haces cariño? — Sentía como las manos de su esposo agarraban parte de su pecho amasándolo.
—Tocando a mi esposo, ¿no puedo? — Un suspiro salió de los labios de Seokjin ante la presión ejercida sobre sus mamas que estaban inflamadas por el proceso de lactancia— Están más grandes.
—Son de los bebés, pervertido—La risa del ahora platinado no se hizo esperar, le encantaba la forma en que su pareja le hablaba. Depositó besos en los hombros desnudos del castaño claro aprovechando la posición en la que estaban para continuar amasando los pechos del más bajo.
—B-Basta, son las 7 de la mañana.
Muy a pesar de sus reclamos no hizo nada por detener a Namjoon, disfrutaba de esas sesiones de cariño por la mañana. Se sentía deseado incluso en aquella etapa del embarazo, sus piernas eran acariciadas con parsimonia y besadas por esos gruesos labios que tanto le gustaban. El alto se dedicó a besar cada parte y lunar que fue encontrando por el cuerpo de su esposo, sus manos subían y bajaban por los muslos gruesos hasta que le separó las piernas para colocarse en medio de estas.
—Eres precioso, te ves caliente así— Dijo una vez que tuvo a su entera disposición la mayor, quien le miraba con sus ojos cristalinos de deseo al tener al platinado desnudo entre sus piernas.
No tuvo que pedir que continuara porque éste ya estaba tanteando su entrada humedecida y dilatada por la ronda que tuvieron en la noche, dos de sus dedos entraron sin ningún obstáculo abriéndose paso por el canal del embarazado. Por su parte Jin se dedicaba a gemir y retorcerse de placer ante los intrusos que expandían su entrada, un tercer dedo fue incluido provocando una sensación de llenura y un leve dolor placentero.
—Y-Ya, por favor...te necesito.
La mirada de lujuria que se cargaba Namjoon electrizaba el cuerpo de Seokjin quien esperaba impaciente por ser penetrado por él, bastante fue su sorpresa cuando la cara de éste terminó entre sus piernas lamiendo su entrada con agilidad, tiró la cabeza hacia atrás ante las sensaciones que le causaba sentir aquella lengua ondearse contra su anillo. Sus pezones se erectaron de la excitación, gemidos pidiendo más salían de esos esponjosos labios y su respiración se cortaba cada vez que las lamidas se volvían más profundas. El músculo húmedo estaba dentro de su cuerpo mandando espasmos a cada terminación nerviosa, en cualquier momento terminaría manchando su abultado abdomen si continuaba de esa forma y poco le importaba, amaba ser disfrutado de esa forma. Ser comido como una jugosa fruta por Namjoon era una de sus mejores fantasías cumplidas.
—Sabes tan bien bebé— Un quejido escapó de su boca cuando le escuchó hablar contra sus partes íntimas, apenas y veía como su esposo se posicionaba nuevamente entre sus piernas por culpa de las lagrimas de calentura que sus ojos albergaban.
—Por favor...
—Pídemelo cariño, pídeme todo lo que quieras porque lo cumpliré.
—Follame, hazme tuyo nuevamente.
Se acercó a besar los labios de Seokjin a la vez que una de sus manos tomaba la cadera del embarazado para ir entrando lentamente, el castaño claro no pudo evitar gemir en medio del beso cuando sintió sus paredes ser abiertas, los dedos no podían ser comparados con el tamaño de su esposo, no le hacían justicia. Pues el grosor era completamente distinto y ni hablar del largo, disfrutaba ser llenado por el trozo de carne caliente que ahora formaba parte de su interior.
Enredó los dedos en la cabellera platinada del cuerpo sobre el suyo cuando sintió que este salía y volvía a entrar de golpe, sabía que Namjoon contenía las ganas de follarselo con agresividad a causa de los bebés en su interior y agradecía que fuera así.
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¿No que muy hetero?
FanfictionJeon Jungkook un Ceo importante en Corea del Sur de una de las mas grandes empresas de música junto a sus dos amigos Min Yoongi y Kim Namjoon. Conocido por ser uno de los hombres más codiciados por mujeres y hombres, lástima que su gusto se limitar...