36. Es hora

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Jungkook se encontraba en su trabajo, debido a la inasistencia de Yoongi no podía tomarse días libres para cuidar a su prometido

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Jungkook se encontraba en su trabajo, debido a la inasistencia de Yoongi no podía tomarse días libres para cuidar a su prometido.

En la empresa debutaría un nuevo grupo musical de mujeres y las cosas se estaban complicando, desde la mala convivencia de los miembros hasta el abandono de parte de los managers por la situación insostenible.

—¿Qué haremos? Necesitamos una persona que pueda controlar a ese grupo, o simplemente cancelarles el contrato por incumplimiento—Propuso Namjoon al ver que nuevamente dos mujeres del staff habían renunciado.

—Haremos lo segundo, el problema es que anunciamos qué debutarían. La gente ya las conoce, pero no podemos sacar a la luz a personas conflictivas.

Un suspiro se escapó de su boca, se sentía ansioso. No le gustaba dejar a Taehyung en casa, solo. Sobre todo al estar próximos a la fecha de mejoría, su caramelo era tan descuidado que andaba por la casa como si nada. Caminaba, se levantaba, agachaba e incluso se daba baños de tina que podían ser peligrosos cuando entrase o saliese.

—¿Qué tanto piensas Jk?

—En que Taehyung esta solo, es muy hiperactivo. Se puede caer de la tina o en la tina, ¿Jin también era así? —Pregunto con leve angustia en su tono.

—Si, era bastante agotador. Debía estar detrás suyo 24/7, no se cansaba nunca. Al principio del embarazo seguía trabajando como si nada en el hospital, hasta que sufrió una amenaza de aborto.

—Por suerte Taehyung no ha tenido esos problemas.

—Cuando nos enteramos que eran dos se calmó un poco, le dije que no podía trabajar porque vivía preocupado de él.

Habrían seguido conversando pero uno toques en la puerta les interrumpió.

—Adelante —Dijeron ambos al unísono.

La secretaria ingresó a la oficina de juntas de Jungkook para avisarles que el grupo había llegado. Asintiendo el pelinegro le indicó que las dejara pasar junto al restante personal que les quedaba.

Las cuatro jovenes se sentaron donde se les indicó esperando la información, lo que no previeron fue que les avisaran del disband sin haber debutado. En esa oficina se podían escuchar gritos, el escándalo que se levantó incluso asustó a los trabajadores que pasaban por fuera.

Ambos se miraban frunciendo el ceño ante las actitudes que las susodichas tenían dentro de la oficina, amenazas, llantos, intentos de manipulación.

No era primera vez que vivían eso, desde que hubo un accidente en aquel lugar decidieron instalar cámaras, que ahora claramente estaban grabando todo el desastre.

—Se les hará llegar un copia de la rescisión de su contrato, no podemos debutar un grupo que no tiene ninguna tipo de tacto. No se soportan entre ustedes, tienen malos tratos con el personal, no son capaces de respetar siendo que estan delante de sus jefes.

¿No que muy hetero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora