¿No que muy hetero?

16. Seven days

Desde el momento uno que probó ser penetrado por una verga tan grande como la de Jeon, su cuerpo se volvió adicto a la sensación de la fricción constante dentro de su pequeña y arrugada entrada. Era el segundo día que tenían sexo desenfrenado, estaba de espaldas sobre el cuerpo estirado del mayor rebotando a mas no poder contra el falo erecto, sus glúteos impactaban contra la pelvis huesuda del pelinegro mientras este se deleitaba ante la sabrosa vista que era tener a Taehyung autopenetrandose de esa forma tan deliciosa.

—Continúa bebé, ya casi.

Demás estaba decir que Taehyung tenía un juguete sexual en su boca que se asemejaba a las correar que les colocaban a los caballos en el hocico, sus dientes mordían el cuero que le impedía emitir palabra alguna, era el castigo por haber vendado a Jungkook e incluso esposado sin autorización de éste. Por eso ahora se encontraba de esa forma amordazado y a la vez con amarras en sus manos y cuerpo que se marcaba poco a poco por la soga que lo tenía preso. No se quejaba, amaba ser marcado por su Hyung y maltratado, era su nuevo pasatiempo. Llámenlo maniaco sexual, pero ¿para qué negarse? En la noche lo rellenaron como pavo en navidad, cuando se duchó no pudo contar la cantidad de semen que albergaba en su ano ni en su vientre, su estomago estaba hinchado de tanto recibir e incluso se impresionó de la cantidad de veces que el hombre mayor se pudo correr, creyendo que sería incapaz de pasar de las 3 veces. Pero por escupir al cielo casi quedó en silla de ruedas y hoy de nuevo lo tenía a su antojo siendo follado exquisitamente por esa polla venosa y gorda que no paraba de tocar su punto "g" enviándole descargas eléctricas al cuerpo.

Las manos de Jungkook apretaban partes de su cuerpo y daba uno que otro golpe en ese rechoncho trasero que le daba la bienvenida rebotando cada vez que el menor se penetraba, Taehyung tenía una resistencia envidiable en esas morenas piernas, porque realmente llevaba bastante rato saltando en busca de liberación sin descanso alguno, mientras que él ya se había derramado dentro una vez pero, no hay follada que pueda ser rechaza si tendría tremendo Dios dándole unos sentones de puta madre que lo traían delirando. Y como decía una primera sin segunda, la anatomía esbelta que tenía encima tembló bruscamente y se encorvó cuando el orgasmo azotó su cuerpo bestialmente, sus ojos estaban en blanco y el gemido agudo que intentó escapar le dio aviso a Jungkook que no solo se trataba de una corrida, Taehyung había mojado sus piernas y parte del cobertor, los ojos del mayor se abrieron abruptamente cuando su pene se vió apretado de una forma que le envió corrientes en su polla provocando que el orgasmo le azotara por igual, su osito de miel había experimentado su primer "Squirt" la mezcla del semen y orina yacía sobre el cuerpo blanco del mayor, mientras que su bebé caía de bruces sobre él al terminar de expulsar todo su líquido, las lágrimas azotaban el rostro hinchado de su castañito y de inmediato sacó las cosas que impedían escucharle. Tomando aire para bajar de la nube que le atontaba cuando llegaba al climax, habló mientras acariciaba a su pequeño que temblaba.

—¿Bebé, estás bien? Estas llorando.

—N-No, algo raro salió de mi cuerpo...no quiero continuar.— Tuvo que aguantar la risa ante la ternura que llegaba a ser Taehyung, olvidaba que esa cosita por muy caliente que fuera, era todo un virginal y aún existían cosas que no sabía.

—Cariño, mi osito bebé. Es normal, tuviste una culminación demasiado placentera y tu cuerpo solo hizo lo mejor.— Como pudo se puso de lado junto con Kim y salió de su cuerpo sacando un gemido en ambos ante lo sensible que estaban sus partes íntimas.— ¿Está bien?

—¿N-No me dejarás por haberme orinado?.— Se dió la vuelta y escondió su rostro en el pecho del más alto ante la vergüenza que sentía.

—Claro que no bebé, de hecho...volveré a hacerte sentir de esa forma para que me regales muchos más.—La mordida que dio en el pecho del musculoso dejó sus dientes marcados, Jungkook sin tomarle importancia continuó repartiendo besos en la cabeza del menor y daba caricias sobre la pobre cinturita maltratada.