32. Intensidad

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Una semana desde que le habían pedido matrimonio, una semana que llevaban encerrados en esa casa compartiendo días de lujuria.

Las hormonas de Taehyung junto al líbido alto de Jungkook les acompañaba día a día, en que el embarazado despertaba de madrugada deseoso de ser tocado por su amante quien no rechistaba en el momento que era despertado de su sueño para comerse al lindo corderito que se entregaba de forma lujuriosa a sus brazos.

¿A quién iba a engañar? Levantarse todos esos días y profanar el cuerpo del embarazado lo tenía en una nube de placer, no se cansaba de escuchar los gemidos de Taehyung pidiendo por más cada vez que se enterraba en él, viendo con sus propios ojos como su pedazo de carne era succionado y aprisionado por las paredes de su anillo muscular que pedía a gritos ser llenado.

—¿Así te gusta, bebé? —Gimió de forma gruesa contra el oído del menor, una de sus manos enterraba la cabeza castaña de Taehyung contra la cama mientras le embestía con rudeza.

Llevaban un rato en esa misma posición que tanto le gustaba a Jungkook, porque podía ver entrar y salir su pene del ano del castaño junto con su lubricante que escurría por las piernas acaneladas del mismo.

—¡Sí, ah Jungkook más fuerte! —Taehyung tenía la boca abierta para poder gritar por su hombre, un hilo de saliva escurría por la esquina de sus labios manchando el edredón.

Jeon disfrutaba tanto someter a su caramelito, sobre todo con los berrinches y cambios de humor que este tenía. Le daba un placer máximo ver que cedía ante él siempre que lo follaba, y se comportaba como todo un sumiso para recibirlo.

—Eso cariño, ¿sientes como tu culo me traga? Claro que lo sientes, eres un pervertido Taehyung—Su mano impactó la carne del trasero del menor sacándole un alarido de dolor, a pesar del tono moreno que cargaba, no se pudo evitar dejar la palma y los dedos marcados en el lugar por lo fuerte del golpe.

Las lagrimas escocían los ojos de Taehyung mientras disfrutaba las nalgadas junto a las penetraciones, era una sensación de placer doble junto al dolor que eso le provocaba. Cualquiera que los viera en esos momentos pensaría que estaban grabando una porno sadomasoquista por la forma bestial en la que lo hacían.

—Ahh, Jungkook...no aguanto más—A pesar de que fue un susurro, Jeon lo alcanzo a escuchar. La mano que presionaba su cabeza tomó con fuerza los cabellos sedosos del más bajo y los tiró provocando que levantara su cuerpo aguantando el peso con sus delgados brazos, completando bien la posición de "perrito" que en un inicio tenía.

Taehyung nuevamente se quejó en un gemido por lo brusco del movimiento, pero quedó en el olvido en el momento que la otra mano de su futuro esposo tomó su miembro desatendido y comenzó a masturbarlo al ritmo de las embestidas.

Todo su cuerpo vibró cuando comenzó a sentir la presión en su bajo vientre, no sabía si era por el embarazo o porque realmente estaba caliente. Porque en cualquier momento chorrearía las sabanas con su semen, sentía que explotaría en placer si Jungkook no se detenía.

Intentó con todas sus esfuerzas evitar el momento, pero entre la penetración y ser tocado de esa forma, era algo inevitable.

—Córrete para mí bebé, hazlo.

Como si de una orden se tratase, Taehyung se libero en la mano del mayor con un grito desgarrador, los espasmos le atacaron y de no ser por Jungkook que lo agarró en un abrazo y lo dejó sobre sus propias rodillas con la espalda contra su fornido pecho, habría caído al colchón aplastando su pronunciado vientre.

Aún con si reciente orgasmo, Jungkook continuó penetrando a su amado. Sus labios fueron a parar al hombro de Taehyung donde depositaba besos y mordidas que comenzaban a volverse moradas, su pene ardía de todas las veces que lo habían hecho, pero necesitaba llegar a esa liberación.

¿No que muy hetero? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora